Es universal y lo hacemos incluso antes de empezar a hablar. Reírse es una de las mejores medicinas y la ciencia lo avala, ya que al reírnos se activan los circuitos de recompensa del cerebro y se liberan sustancias químicas responsables de nuestra felicidad.

La risa tiene el mismo efecto que meditar

Un estudio llevado a cabo por investigadores estadounidenses demostró que la risa estimula las ondas cerebrales de tipo alfa, que son las mismas que se producen cuando meditamos y cuando dormimos.

Alivia el dolor

Debido precisamente a que la risa provoca la liberación de endorfinas, realizar esta sana actividad puede ayudarnos a sentir menos dolor, como demostró una investigación de la Universidad de Oxford.

El humor mejora tu memoria

Un estudio reveló que nos cuesta mucho menos recordar información que nos parece graciosa, y que estos recuerdos se consolidan mejor en el cerebro incluso cuando ha pasado un largo periodo de tiempo. Los resultados refuerzan la idea de que lo mejor para aprender es, sin duda, divertirnos con la materia de estudio.

Las mujeres disfrutan más de la risa

Según cuenta Antonio Rial en su libro “Repensar el cerebro”, los estudios de neuroimagen han demostrado que en ellas se activan con mayor intensidad las regiones del cerebro involucradas en el procesamiento del lenguaje y la memoria de trabajo cuando escuchan o leen algo divertido.

Es bueno para la circulación

Mientras que cuando vemos una película estresante nuestros vasos sanguíneos se contraen, el efecto es opuesto si el film en cuestión es una comedia: los vasos se dilatan y aumenta  el flujo de sangre y oxígeno a todo nuestro organismo, según demostró un trabajo realizado por investigadores de la Universidad de Maryland

Nos hace más felices

¿Quién fue antes, el huevo o la gallina? ¿Sonreímos porque estamos felices o estamos felices porque sonreímos? Sin ánimo de entrar en debates filosóficos, parece que la ciencia corrobora la segunda opción: el mero hecho de sonreír, aunque no hayamos visto o escuchado nada gracioso, rebaja nuestros niveles de estrés, miedo y ansiedad, nos hace más comunicativos y dispuestos a cooperar, reduce el riesgo de padecer depresión… en definitiva, supone un empujón grande en nuestro camino hacia la felicidad.

¡Cuidado! No te mueras, literalmente, de risa

No es lo habitual, pero algún caso se ha dado de personas con afecciones cardiacas muertas tras un ataque de risa. Otro momento desaconsejado para reír a carcajadas son las comidas: la válvula que comunica nuestro esófago con la tráquea puede descoordinarse y provocar un atragantamiento.

Reír alarga la vida

Siempre que no nos suceda nada de lo comentado en el punto anterior, parece que las personas propensas a la risa tienen un 40% menos de problemas cardiovasculares, según especialistas de la Sociedad Española de Neurología, lo que les permite vivir una media de cuatro años y medio más.

(muyinteresante.es)