Mérida, Yucatán.- Elena Mikhailova, violinista nacida en Bakú, en la era soviética, nacionalizada española, dejó su huella que será por mucho tiempo imborrable en el Teatro José Peón Contreras, al presentar uno de los conciertos más aclamados en la historia de ese recinto cultural.

Con un violín manufacturado en la primera mitad del siglo XIX por el más grande laudero o lutier francés Jean-Baptiste Vuillaume, comparable a los admirados Guarnerius, la joven virtuosa dio una cátedra con uno de los famosos Caprichos de Paganini que dejó estupefacto al público.

Enérgicas acometidas con el arco, interminables corcheas, sucesión de octavas y armónicos arrancó la violinista de su instrumento de cuerda, sola, en el encore, sin orquesta, lo que dejó anonadado a los asistentes, incluso a los propios integrantes de la Orquesta Sinfónica de Yucatán que la acompañaban.

Después de unos siete minutos de denodada interpretación de una de las obras de Paganini, considerado uno de los mejores violinistas de todos los tiempos, Elena Mikhailova mostró ser una digna sucesora del genial músico italiano, cuya apariencia tétrica y virtuosismo sin igual le hicieron ganar el mote del “violinista del diablo”.

Los aplausos y la aclamación del público se extendieron hasta en las partes altas del teatro. Pocos solistas han obtenido esta respuesta de los asistentes a los conciertos de la OSY.

Poco antes, Elena Mikhailova entregó su alma, toda su concentración, capacidad y talento para tocar el Concierto para Violín de Jean Sibelius, uno de los más difíciles escritos en la historia de ese instrumento, con el apoyo de la OSY bajo la batuta de Juan Carlos Lomónaco.

Sin miedo alguno, la rusa-hispana abordó los tres tiempos de la obra catalogada  opus 47 con tal seguridad y precisión, como no pudieron hacerlo  Victor Novacek y  Ferenc von Vecsey., dos violinistas que fracasaron en el estreno de la obra en Helsinky, Finlandia, en 1904.

Aunque ya había triunfado en enero del presente año, cuando se presentó en el Centro Cultural Olimpo de esta ciudad, Mikhailova obtuvo del público del Peón Contreras el reconocimiento por su capacidad, destreza y talento.

La Sinfónica de Yucatán interpretó en primer lugar “Ficciones” de Mario Lavista, un título inspirado en la obra homónima del escritor de ficción argentino, Jorge Luis Borges, que permite a la orquesta tocar pasajes, cortos melódicos y arpegios de cuerdas poco convencionales para una sinfónica.

La parte complementaria correspondió a la Sinfonía 1 de Johannes Brahms, una obra que el compositor alemán no se atrevía a crear por la marcada influencia de Ludwig van Beethoven.

vio5(Jesús Mejía)