Por Bernardo Caamal Itzá

“No es fácil remar contracorriente, sobre todo impulsar aquellos proyectos que nacen desde las necesidades campesinas, dijo emocionada Catalina Gallego, al término de la conferencia sobre las cabañuelas mayas que impartí hace unos días en la ciudad de Cancún (Quintana Roo), gracias a la coordinación de Edith Soto y la Universidad Cooperativa (UNICOOP).

-Quiero agradecerte por estar con nosotros  para compartirnos esas experiencias de esta la cultura maya.

-Además quiero decirte y ante este público maravilloso que nos acompaña esta noche, que no estás solo en este gran proyecto campesino, creo que es de suma importancia la publicación del libro para que nos aclare más sobre las cabañuelas mayas, por eso quiero contribuir “comprando simbólicamente” un ejemplar que ni siquiera se ha impreso, pero sé que pronto tendré en mis manos ese ejemplar para que nos hable del mayab, tal como has hecho esta noche con nosotros noche” destacó Catalina.

-Arux, gracias por venir a nuestra ciudad, sobre todo quienes hoy te acompañamos, venimos a escuchar estas magníficas experiencias que nos compartes de los sabios mayas; ahora veo con más claridad de su trascendencia y del valor que tiene en la agricultura campesina, por eso te hago patente mi reconocimiento con esta pluma de un pájaro y que de acuerdo a mi cultura (1), significa agradecerte esta gran labor con los pueblos nuestros, con la producción de alimentos a través de los saberes ancestrales, me compartió uno de los jóvenes asistentes al momento en que me entregó una hermosa pluma.

-Pese a mis años, ahora al escucharte en esta magnífica exposición, señalaste un concepto que me hizo recordar mi niñez de esos años dorados cuando convivía con mi abuela de Tekax, y me decía constantemente, se inteligente y observadora para entender los mensaje de la vida. Y, ahora al escucharte, me hizo recordarla y de verdad que estoy sumamente emocionada, porque hasta hoy tuve la oportunidad de develar ese misterio en que está envuelto sus palabras “la de ser observadora- nos compartió esas emociones, María Rosa Ochoa Ávila, integrante de la Unicoop.

Otras, grandes personalidades que estuvieron en la organización del evento, como Celina Izquierdo me escribieron:

-Gracias a ti Bernardo por tu generosidad de compartir conocimientos profundos, gracias Edith por generar esta sinergia y gracias María Rosa por la entrevista de radio, conseguir el lugar y tener todo perfectamente dispuesto, estoy muy alegre por los resultados.

-Bernardo. Como te dije personalmente, eres un extraordinario divulgador. Fue una gran experiencia conocerte. Gracias, Edith, cuentas conmigo para futuros proyectos. Gracias, querida Celi por invitarme a ser parte de esta actividad”

Estas expresiones, muestran el sentir de este gran equipo humano, y tan solo para esta charla cada una mostró cómo se trabaja en equipo, en realidad, fue una noche en donde tuve la oportunidad de compartir aquellas experiencias que nos permite vivir en estas ancestrales tierras, y luego, el hecho de que el joven, Luis Alberto Salazar Hernández, uno de los asistentes, se acercó y me hizo entrega de una pluma en referencia al reconocimiento simbólico que me hace su cultura; además en esta misma noche, los primeros 500 pesos que me hicieron llegar para iniciar con los trabajos previos a la impresión de un libro en donde se difundan las experiencias de las cabañuelas mayas, y desde luego Edith, gran conocedora de las culturas mesoamericanas, me dijo: ¡Bernardo, ese libro pronto estará con nosotros!

Ante esta muestra de simpatía de nuestra labor en torno al xok k’íin, emocionado estoy por este encuentro realizado en Cancún, y compartirles lo que sucedió durante esta charla que hice la noche del jueves 26 de enero, fueron tantas muestras de solidaridad hacia este gran proyecto comunitario que inició hace más de 9 años, de lo que estoy seguro, que las culturas que lograron su esplendor en la humanidad, lo primero que resolvieron, fue el problema alimentario.

Antes de concluir, en nombre de quienes nos apoyan en esta labor que hacemos con nuestra comunidad, como una forma de mostrar la valía de un conocimiento ancestral en los tiempos de cambio climático, ahora cada vez que logramos avances en el proyecto xok k’íin esa oportunidad para entender de esa relación que tienen con la reproducción de las semillas nativas que se cultivan en las milpas, de tal forma que hacerlo, implica entender el modelo de observación y pronóstico campesino para minimizar las pérdidas, por otro, alienta el trabajo de más del 90% de los milperos mayas que viven y trabajan en el territorio peninsular.