Mérida, Yucatán.- Con la lógica de la experiencia local utilizada para hacer frente a las amenazas de desastres naturales, líderes empresariales, políticos y de la sociedad civil abrieron un espacio de reflexión y debate sobre cómo resolver los desafíos del desarrollo y de la crisis derivada del nuevo Gobierno en Estados Unidos.
“Yucatán frente al huracán Trump: ¡Estamos listos!”, fue el primero de una serie de foros de alto nivel “Yucatán Más” que se han programado cada cuatro o cinco semanas durante 2017.
El promotor y principal organizador es el empresario y filántropo Alejandro Legorreta, quien como primer invitado la tarde del miércoles tuvo al embajador Arturo Sarukhan, representante de México ante Estados Unidos en el sexenio anterior.
“Sabemos que los daños son mucho menores cuando estamos preparados”, dijo Legorreta, en una metáfora que alude al impacto de los ciclones tropicales que golpean a la Península de Yucatán y los problemas en puerta con EU.
Apoyado en estadísticas y datos oficiales, describió el panorama general que se ha configurado a partir del triunfo de Donald Trump en la Presidencia de EU, las repercusiones de sus ataques a los mexicanos y lo que toca hacer desde aquí para atender el escenario emergente.
Así definió que en combate a la pobreza en Yucatán “no se hace lo suficiente”, sin dejar de reconocer logros en los últimos años en otros rubros.
Como consecuencia del “Efecto Trump” previó una caída de remesas que hasta 2015 sumaban un promedio anual de 126 millones de dólares en ingresos para el estado y que en 2016 alcanzó un histórico 143 millones de dólares.
Esas divisas, que alcanzan el 1.25 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de Yucatán, no son muy significativas si se compara con las cantidades que alcanzan en otras entidades federativas consideradas “altamente vulnerables”, como Michoacán y Zacatecas.
En cuanto a migrantes yucatecos en Estados Unidos, citó que cinco municipios concentran el 75 por ciento de ellos: Mérida, Oxkutzcab, Tekax, Ticul y Peto, y que el 70 del universo total se encuentra en California, una región con “ciudades santuario” y sin hostilidades a ese tipo residentes.
Sin embargo, alertó que las deportaciones que se han iniciado podrían mandar a Yucatán a contingentes de personas y familias que, en su momento, implicarán presión financiera en el estado, con el riesgo pérdida de la paz y tranquilidad.
Por ello, propuso una política social focalizada y temporal que incluya la depuración de programas gubernamentales que se duplican, reinserción laboral y apoyo psicológico.
En tal contexto, añadió que en Quintana Roo existen unos 200 mil yucatecos que dependen del comportamiento del turismo y de esa economía estatal, recientemente alterada por la violencia y descomposición social.
La buena noticia, según Legorreta, es que Yucatán lleva buen paso en la atracción de capitales, ya que por ejemplo la Inversión Extrajera Directa (IED) promedió, de 2006 a 2015, 169 millones de dólares al año, con un récord de 525 millones de dólares en el último ejercicio de ese período.
Pese todo, apuntó que la informalidad abarca al 60 por ciento de la economía, mientras que el promedio nacional es 10 por ciento más bajo.
De los foros, resumió que pretenden contribuir a la participación ciudadana en los asuntos públicos e imaginar ¿cuál es el Yucatán que queremos para los próximos 20 años?
Entre los asistentes, los ex gobernadores Dulce María Sauri Riancho y Patricio Patrón Laviada, así como la ex alcaldesa de Mérida, Ana Rosa Payán Cervera, y el presidente de la Coparmex Yucatán, Gustavo Cisneros Buenfil, como moderador.
(Foto: @PabloQuinones)
(LectorMx)