Mérida.- Las cosas le siguen saliendo bien y bonito a Willie Romero y a sus Leones de Yucatán que la tarde-noche de ayer, en una especie de práctica de bateo, se agenciaron la serie sobre los Tigres de Quintana Roo, a los que vencieron, apalearon y limpiaron 12×1 en una jornada redonda que les permitió hilvanar su tercera victoria en la campaña 2017 de la Liga Mexicana de Béisbol (LMB) en la que aún desconocen el fracaso.

Los que también desconocen, pero el acierto, son los cancunenses, que ya sin el “Aura-Peralta” no se han visto, para nada, como un equipo con peso, con presencia sólida, como lo hicieron en todas las temporadas previas desde que vieron la luz primera en esta misma capital yucateca en 1955.

Los Leones fueron amplios, abrumadores dominadores al anotar en casi todas las entradas del partido en el que solamente no pudieron hacerse presentes en la pizarra en el tercero y sexto inning. En todos los restantes, los Leones rugieron al menos en una ocasión.

Al subirse al camión que esta noche los lleva a Cancún, los Tigres regresan con un gran peso de 29 carreras en su equipaje. Dejan en el parque solo seis registros y, también, una marca empatada de más wildpitches en un solo juego, el de hoy, con siete.

Por el otro lado, los Leones le dieron prácticamente de comer con la mano a los cancunenses encabezados por su abridor, Juan Savador Delgadillo.

El tabasqueño lució en plan grande durante cinco entradas en las que sólo admitió un jonrón de Ramón Ramirez en la tercera entrada a cambio de un ponche para lograr el triunfo.

Lo relevaron de forma efectiva Eduardo Álvarez (2 IP), el yucateco Carlos Pech (1 IP) y Leo Rosales (1 IP). La derrota fue para el abridor bengalí, Julián Arballo.

En la lluvia de fuegos artificiales 11 de los 12 leones que se pararon a la caja de bateo pegaron al menos un imparable.

(peninsuladeportiva.com)