Mérida, Yucatán.- En repetidas ocasiones he sostenido en la tribuna del Congreso del Estado que los recursos destinados al combate a la pobreza deben ser manejados de la manera más transparente.  Este señalamiento no es  retórico; lo he respaldado por los criterios técnicos y científicos del CONEVAL, y es una demanda que comparto con ciudadanos de reconocido prestigio que lideran instituciones académicas y organizaciones de la sociedad civil.

Lo sucedido con la llamada “estafa maestra” reafirman nuestra exigencia de que los recursos destinados a los más pobres tienen que ser los más transparentes.

Esta semana nos enteramos que sólo a través de la Secretaría de Desarrollo Social federal se ha desfalcado un monto de más 2 mil doscientos millones de pesos; de este dinero,  señala  el reportaje periodístico realizado por  Animal Político y la asociación Mexicanos en contra de la Corrupción, 555 millones  fueron desviados de la cruzada nacional contra el hambre. Lo que quiere decir que se lucró incluso con la necesidad humana más sensible: la necesidad de alimento.

Lo anterior fue confirmado por la propia Auditoria Superior de la Federación, que sólo pudo comprobar que un 7% de esos apoyos alimenticios fueron entregados.

Que esta lamentable lección sirva para que en Yucatán contemos lo antes posible con una ley que siente criterios técnicos y mecanismos de total transparencia destinados a los programas sociales diseñados para combatir la pobreza en nuestro estado.

Que la iniciativa de Desarrollo Social sea turnada lo más pronto posible para su análisis y votación.

Son los más necesitados los que así lo demandan.

(Comunicado)