Mérida, Yucatán.- La políticas públicas han reducido la casa maya como sinónimo de pobreza y la han marginado de los planes vivienda o como opción habitacional, sobre todo del sector de la población con arraigo a sus tradiciones y sus costumbres, advirtió el investigador Aurelio Sánchez Suárez.

Durante el V Coloquio organizado por la Unidad de Ciencias Sociales del Centro de Investigaciones Regionales “Hideyo Noguchi”, afirmó que las unidades habitaciones rompen de manera abrupta el concepto de vivienda que preservan los saberes mayas en parte de la población yucateca.

Para ellos la vivienda era parte de un concepto integral, asociado al solar, al huerto y al contacto con la naturaleza, puntualizó en entrevista el investigador, luego de exponer su tema “Sólo es otro modo de vida” respecto a la importancia de la vivienda maya en el proceso de transmisión de experiencia entre generaciones.

Las políticas de vivienda que desarrollan tanto la Comisión Nacional de Viivienda (Conavi) como la Cámara Nacional para la Industria y Desarrollo de la Vivienda no prevén entre sus opciones de desarrollo habitacional la Casa Maya o la alternativa a las familias que deseen de desarrollar una casa propia con el modelo tradicional, indicó.

El especialista en saberes constructivos mayas cuestionó los programas de implementación de las llamadas estufas ecológicas, como una alternativa a la inhalación de bióxido de carbono y otros residuos del carbón que se utiliza en las viviendas tradicionales, ya que la casa maya, dijo,  tiene un sistema natural de ventilación.

Otro estudioso, Bestriz Repetto Tio encontró que en la literatura arqueológica sobre los mayas y en la tradición constructiva de las casas habitación existe una continuidad ininterrumpida, desde la época prehispánica hasta nuestros días.

Si por “tradición constructiva” se refiere a la manera de hacer y no de diseñar la casa, la observación es acertada. La casa se hacía con la ayuda de todos los miembros de la familia y a veces con la ayuda de otros miembros de la comunidad, pero la vivienda es otra cosa, es una construcción analítica relacionada con el conjunto habitado por la familia, anotó.

Othon Baños Ramírez, otro experto, refirió que para los europeos aquella dispersión en la que vivían los mayas antiguos era una señal de atraso muy grande, pues vivían —pensaban— en el más completo desorden.

“Para la mentalidad española el carácter disperso de los asentamientos de la sociedad maya era una costumbre parecida al modo de vivir de las fieras. Los conquistadores no pudieron o no quisieron comprender que en esa sociedad maya sí había un orden”, recalcó.

El Cuchcabal era la unidad territorial que permitía el control de la vida social y política de aquella población dispersa.

La Península de Yucatán estaba gobernada por señores de linaje llamados halach huinic y solían residir en el asentamiento más grande de un Cuchcabal, ya que los templos y grandes estructuras era de uso ceremonial.

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(Foto principal tomada de internet)

(Jesús Mejía)