Por Víctor Hugo Lizama Morales
La semana pasada, escribiendo acerca de la molestosa conjuntivitis, sentí un ardor y como arenilla en los ojos. Fui al espejo y sorpresa, por primera vez en la vida contraje este problema.
Casualmente hablábamos de la miel melipona y fue lo primero que me apliqué. Al día siguiente, leímos en este periódico un excelente reportaje sobre remedios contra la conjuntivitis hecho por el Sr. Cuitla y decidimos enfocarnos en uno de ellos, la albahaca.
Se sabe que en Medio Oriente y en Europa se usa en diversos platillos. Las diferentes variedades de albahaca de Asia tienen un sabor parecido al clavo (Eugenia caryophyllata), que es generalmente más fuerte que el de las variedades europeas. En la cocina mediterránea, se puede consumir fresca o seca para aderezar tanto ensaladas, sopas de verduras, salsas para acompañar platos de pasta (la famosa salsa italiana de pesto la lleva como ingrediente principal), como guisos de todo tipo de carnes.
En nuestro continente americano tiene un uso relativo a la suerte e incluso para evitar malas vibras. Muy común en las ceremonias shamánicas. La planta ha sido frecuentemente considerada como venenosa, en tanto algunas leyendas africanas afirman que protege de los escorpiones. Mientras que ciertas tradiciones europeas aseveran que es un símbolo de Satanás, en lugares como la India es sumamente reverenciada.
Por otra parte, en la antigua Grecia representaba el odio, la desgracia y la pobreza, pero en la actualidad en Italia es un símbolo de amor. Actualmente es considerada por la Iglesia ortodoxa griega una planta santa ya que, según la tradición, el olor de la albahaca guío a Santa Helena hasta encontrar la Santa Cruz.
Pero hay que puntualizar que esta planta tiene cualidades curativas muy notables. La ingesta de sus hojas y flores (o preparada como tisana o te) suele ser muy beneficiosa para padecimientos estomacales, digestión complicada, riñones, vejiga y evita ardor en las vías urinarias. En caso de fiebre, dolores de cabeza o jaqueca y padecimiento de los nervios, también conviene el uso de esta planta.
Y para la conjuntivitis, según nuestros amigos de Homún en donde la conjuntivitis arrasó, se machacan las hojas y la savia se aplica directamente en los ojos. Otra manera es hacer infusión y aplicarse gotas en los ojos cada 4 horas.
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