Mérida, Yucatán.- Las canciones napolitanas, que se volvieron populares en Europa y América tras la migración italiana de fines del siglo XIX y principios del XX, encontraron también residencia en las tierras del Mayab en la voz del tenor Ralf Zurakowski con la Orquesta Sinfónica de Yucatán.

“Funiculi Funicula” de Luigi Denza y “O sole mio” de Eduardo di Capua, además de “Non ti scordar me” de Ernesto de Curtis cautivaron a la concurrencia del Teatro Peón Contreras con la voz de tesitura dramática del cantante polaco.

Dirigida por Bartosz Zurakowski en calidad de huésped, la OSY puso la parte instrumental de las canciones italianas que, pese a ser popularizadas por Los 3 Tenores (Plácido Domingo, José Carreras y Luciano Pavarotti) en el mundo, rara vez son interpretadas en Yucatán, tierra del canto de faisán y de los trovadores.

Serio en su temperamento, Ralf Zurakowski dio muestra de técnica de perfeccionamiento vocal al interpretar también “Pecche?” de Gaetano Enrico Pennino, “Poiscatore e Pussilleco” de Ernesto Tagliaferri, “Dicintello vuie” de Ruggiero Falvo y “Core ´ngrato” de Salvatore Cardillo.

Con el tema “Funiculi Funicula”, tarantela compuesta en 1880 para la inauguración del teleférico en  Monte Vesubio, el público desbordó su entusiasmo con intensos aplausos al arte lírico del visitante, quien también resolvió con potente do de pecho el final de “O Sole mio”.

Los críticos asistentes recordaron al inmortal Caruso, ya que en sus presentaciones en el Met de Nueva York solía obsequiar en sus encores canciones de su natal Nápoles, por lo que también se convirtió un excelente promotor de ese repertorio, de manera paralela a las grandes óperas de compositores italianos.

El retorno de Bartosz Zurakowski con la OSY en calidad de director invitado representó un motivo de alegría y aceptación entre el público yucateco, tras su entrega y evidente pasión en la empuñadura de la batuta para sacar el mayor brillo posible de cada una de las interpretaciones.

Bartosz Zurakowski mostró ser un director de orquesta en el amplio sentido de las palabras, ya que con pundonor, con énfasis en los fortes, con finura en los adagios y prestancia en las melodías alegres llevó al público a los niveles siderales de interpretación musical.

Desconocida para muchos, la Sinfonía No 3 en re mayor opus 29  “Polaca” de Tchaikovsky fue incluida con mucho éxito y aceptación en el programa. Con duración de 47 minutos, los asistentes atendieron los cinco movimientos de la  sinfonía plena de motivos, ritmos y melodías populares rusas.

De esta manera, la OSY prosigue su consolidación como máxima institución cultural musical del estado.

z3(Jesús Mejía)