Mérida, Yucatán.- El turismo rural está naciendo en la entidad, pero ya enfrenta uno los mayores riesgos que puede hacerlo extinguirse: la desaparición de la milpa, es decir, el cultivo del campo, actividad económica sobre la que se mueven las comunidades mayas.
Pero no es el único riesgo de esta nueva actividad, en la que turistas participan en la vida cotidiana de la raza autóctona de Yucatán: la “folclorización“, es decir, “inventar cuento” en torno a la cultura para venderla, tal como ocurre en lugares como Cancún o Xcaret, advierte el investigador Miguel Güémez Pineda.
El titular del Centro de Investigación Regional (CIR) “Hideyo Noguchi”, unidad Ciencias Sociales, de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), dice, también, que el turismo rural debe verse como alternativa económica para las comunidades, y no como sustituto para ganarse la vida, porque eso implicaría olvidarse de las actividades cotidianas de las comunidades, que son precisamente los pilares del llamado turismo alternativo.
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Por eso, destacó la importancia de preservar la principal actividad económica de las comunidades mayas: la milpa, pues si esta se pierde -como ya está ocurriendo, por que los jóvenes ya no se dedican al campo- se corre el riesgo de perder todo lo que gira en torno a ella, en este caso, también el turismo rural.
En entrevista, aclaró que el turismo rural no sólo es sólo conocer la milpa, sino toda una experiencia de vida en las comunidades, con otras actividades como el urdido de hamacas, y la gastronomía, e incluso el conocer la flora (medicina tradicional) y fauna (el canto de las aves), pero todo gira en torno a la actividad económica, que es el cultivo.
El investigador dictó la conferencia magistral “Identidad, cultura y turismo rural en Yucatán”, durante el 4o Congreso Nacional de Turismo Rural, que este lunes se llevó al cabo en el Centro Cultural (edificio central) de la Uady, en el que destacó el encuentro como una oportunidad para generar los proyectos de turismo alternativo para Yucatán y el resto de la Península.
“Pero hay que tener mucho cuidado -explicó- porque me preguntaban si hay riesgo de replicar lo que está ocurriendo en Cancún, Xcaret, en la Riviera Maya, de folclorizarlo y venderlo como un cuento e inventarte lo de los mayas antiguos. Aquí va a ser muy importante que los tomadores de decisiones eviten que se caiga en eso y se nos tache de charlatanes”, expone el investigador, experto en el áreas lingüística maya.
Aclaró que los proyectos de turismo rural no enriquecen a las comunidades, pero les da una opción para obtener el sustento diario, pues producen miel, artesanías, ropa y dan servicios, a cambio de una retribución.
El Congreso se llevó al cabo sólo este lunes en la Uady, pero a partir de este martes continuó el encuentro con el el simposio “Paisaje y Turismo Rural”, en el rancho Hobonil de la Uady, ubicado en Tzucacab, Yucatán.