Mérida, Yucatán.- Luego de intensos aplausos y ovaciones del público que llenó el Teatro Peón Contreras, cuando todo estaba consumado, la mezzosoprano Elina Garanca regaló en su concierto dos piezas más: “Granada” y “O mio babbino caro”, con lo que desbordó el jubilo y el entusiasmo.

Velada memorable en el recinto cultural más grande del estado, tras el único recital presentado anoche ante los yucatecos por la cantante letona, señalada como una de las exponentes de ópera más importantes del mundo tras resonantes actuaciones en el Covent Garden de Londres, Met de Nueva York y la Scala de Milán.

Bajo la batura de Constantin Orbelain, de origen armenio pero nacionalizado estadounidense, la Orquesta Sinfónica de Yucatán (OSY) acompañó a la cantante en su esperada presentación, en la que el público constató su vibrato, templada y potente voz, coloratura y nitidez, que le han permitido ganar el reconocimiento de múltiples teatros de la ópera.

Desde la primera interpretación, “Da, chas nastal” de la ópera “La Doncella de Orleans” de Tchaikovsky, aria que refiere a Juana de Arco, la cantante capturó la atención del público que le tributó intenso aplausos y ovaciones a lo largo del recital.

Con “Mi corazón se abre a tu voz” de la ópera “Sansón y Dalila” de Saint-Saens, obra en la que el personaje femenino le expresa su amor al varón para que éste le revele el secreto de su fuerza, Elina Garanca arrancó expresiones de entusiasmo desbordante de la asistencia.

En la parte complementaria, la artista visitante mostró su predilección por la música española, al interpretar pasajes de las zarzuelas “El Barberillo de Lavapiés”, de Francisco Asenjo, o “El Barquillero”, de Roberto Chapí, y abordar la ópera más española escrita por un francés, “Carmen” de Georges Bizet.

Delirante fue la reacción del público tras las interpretaciones de “Habanera”, “Seguidilla” y “Chanson Boheme” que hizo con el natural desenfado del personaje de la ópera “Carmen, quizás la más representada en el mundo y de la que Elina Garanca ha sido su principal intérprete en la última década.

La cantante se adueñó del escenario, lo mismo para mostrar sus piernas en un veloz instante de audacia que para cantar sentada sobre el pódium, lo que aunado a sus interpretaciones llenas de gran colorida, prístina voz y potente vibrato, ganó el favor, las palmas y las ovaciones de pie del público.
Fue entonces cuando, ante el éxtasis, Garanca decidió regalar tres encores más, entre ellas “Granada” de Agustín Lara, tema muy reconocido por las múltiples versiones existentes de cantantes varones desde su creación en 1932, pero que ella retomó con total aceptación y júbilo de los asistentes.
No faltaron las lágrimas tras la sublime interpretación del aria “O mio babbino caro” de la ópera Gianni Schicchi (1918), de Giacomo Puccini, un pasaje amoroso en la que el personaje pide permiso a su padre para ver al amado.

De esta manera, Elina Garanca refrendó su calidad interpretativa que la coloca como una de las cantantes más cotizadas del mundo, cuya visita a Mérida fue posible gracias a la participación de la iniciativa privada y aportaciones al patronato de la OSY.

(Jesús Mejía)