Cancún, Quintana Roo.- La inseguridad que golpea a Cancún, desde el último cuatrimestre del año pasado, llegó ya de manera directa al sector empresarial.
La pizzería y restaurante de comida italiana El Tigre y El Toro, conocida entre la gente local, anunció por medio de su cuenta en Facebook el cierre de dos de sus establecimientos.

Los propietarios alegaron que han sufrido al menos “un robo a mano armada por semana” desde que inició el 2018.

Las sucursales están ubicadas en las avenidas Cancún o Las Torres y en La Costa, en la Supermanzana 30.
“La razón es triste y simple”: la inseguridad que azota al principal destino turístico del país y América Latina, y que coloca a Quintana Roo entre las primeras tres entidades con mayor inseguridad del país.

El texto refiere que la falta de alumbrado motiva a los delincuentes a cometer fechorías con mayor libertad ante la ineficiencia de las instancias oficiales.
El cierre de esos establecimientos se une a una larga lista de negocios que se han visto orillados a terminar proyectos y la generación de empleo en los últimos meses.

Al menos 15 pequeños negocios, ubicados en regiones alejadas del centro, han bajado cortinas en lo que va de 2018; entre otros, la taquería localizada en la esquina de la Segunda Entrada de la (Región) 94 con Ruta 5, luego de más de 30 años de servicio.

La mayoría de las suspensiones han sido por amenazas del crimen organizado, que desde hace al menos año y medio han extendido el cobro de piso a las empresas más pequeñas.

Durante 2017 varios negocios de plazas comerciales cerraron por la misma situación: la pizzería “El Perro Negro”, el bar “La Pre”, el restaurante-bar “Vancouver Wings”, entre otros.

El comunicado incluye una reflexión de los dueños de El Tigre y el Toro: “Ojalá y esto sirviera como un llamado a las autoridades pertinentes, no sólo para fungir como tales, sino para que se entienda, a todos los niveles, que entre inseguridad, delincuencia, corrupción y, a veces, incomprensible, arbitraria y contradictoria tramitología burocrática.

“Cancún, continúa el mensaje, se está comiendo a Cancún. Al parecer, quienes tienen y deben de pagar «los platos rotos» son los pequeños y medianos comercios, aquel emprendedor que se atreva medianamente a jugar este juego sin reglas, donde la única preponderante es la de perder”, lamentan.

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