Mérida, Yucatán.- En la lucha contra la diabetes, los especialistas trabajan para que el paciente tome el control de su problema y no sea presa de las prohibiciones.

Más aún en una zona como Mérida, con amplia riqueza gastronómica, culinaria y alimenticia, las privaciones no funcionarían.

Gisela Ayala Téllez, directora ejecutiva de la Federación Mexicana de Diabetes (FMD), señaló que la base de la estrategia que se aplica en la capital yucateca es que no hay alimentos prohibidos, sino raciones recomendadas.

“Cuando prohíbes, la gente se retrae y ya no quiere escuchar”, puntualizó.

Bajo esa noción, el Ayuntamiento de Mérida y la farmacéutica Novo Nordisk firmaron el Memorándum de Entendimiento del Programa “Ciudades Cambiando la Diabetes”.

En esa acción, la Asociación Mexicana de Diabetes en el Sureste apoya de manera permanente a niños con ese padecimiento tipo 1 y los induce a cuidar su dieta, a tener actividad física constante, con automonitoreo y apego al tratamiento.

“Nosotros como sociedad civil no estamos vigilando; desde las asociaciones no vigilamos el tema de comida chatarra, lo que buscamos es que la gente sea su propio vigilante, que la gente aprenda y tome decisiones”, explicó al entrevistada.

Por ejemplo, mencionó, si alguien come unos tacos, lo consecuente sería tomar agua –no bebidas azucaradas ni jugos– y caminar.

Otra recomendación es incluir verduras en los tres alimentos del día, hidratarse y hacer ejercicio.

Se trata de hacer una alimentación con lo que tenemos, apuntó, pues una alimentación saludable no tiene que ser más cara, tiene que ser adecuada a lo que te gusta y a tu poder adquisitivo.

“Tampoco se trata de meterse a un gimnasio carísimo. Si camino, si me muevo, si en lugar de usar elevador tomo las escalares, eso me permitirá incrementar mi número de calorías que consumo”, refirió.

Ayala Téllez aceptó, sin embargo, que falta más promoción.

“Se ha avanzado mucho en políticas; debemos avanzar más, tiene que venir en los planes de educación”, dijo.

En ese aspecto, repuso que desde hace un par de años existe en los libros de texto de primaria información sobre alimentación saludable, pero es necesario ir más allá para no tener que prohibir sino para que la gente tome las decisiones adecuadas.

“La educación en diabetes no te propone restricciones, te propone decisiones”, aclaró.

En el caso de Mérida, valoró que el DIF Municipal cuente con nutriólogas orientan a los interesados, de acuerdo con su peso y estatura, lo que les gusta consumir, la edad y los tipos de diabetes a los cuales son propensos.

Del factor emocional en los pacientes, señaló que es determinante y no se ha abordado lo suficiente.

“Si tú no aceptas tu condición, no vas a querer hacer algo para controlarla; sino aceptas que tienes factores de riesgo, no vas a querer hacer algo para evitarlos o para modificarlos”, comentó.

Por ello, expuso que el aspecto psicológico es parte fundamental del programa para que todos esos esfuerzos de poner gimnasios al aire libre, clases de activación física, nutriólogos y huertos familiares, rindan frutos de verdad, sean utilizados y provoquen un cambio de vida.

Suscribieron el acuerdo la alcaldesa María Fritz Sierra y Yiannis Mallis, vicepresidente de Novo Nordisk México.

(LectorMx)