Periodismo es publicar lo que alguien no quiere que publiques.

Todo lo demás son relaciones públicas

George Owell

Julian Santiesteban

La información pasó desapercibida para la mayoría de la población, pero no para los periodistas: el gobierno federal no tiene ya dinero para proteger a los que ejercemos el oficio; dos días después mataron a un reportero gráfico en Quintana Roo, el tercero periodista en menos de dos meses. Esta entidad abrogó la ley que brindaba esta protección, bajo el argumento de que la federación lo haría. Al final ambos fallaron. Y nos siguen matando.

Por si no fuera suficiente agravio al gremio, el comunicado de la Fiscalía General del Estado, esa que no resuelva crimen alguno y cuyo fiscal culpa de su fracaso profesional a los periodistas, recalcó que Javier Rodríguez Valladares, camarógrafo de Canal 10, no se encontraba en horario laboral ni portaba uniforme. Ah bueno, entonces no hay problema con que lo maten, ¿verdad señor fiscal, Miguel Ángel Pech Cen? Mañana sábado, Javier se casaría… ya no llegó; pero qué bueno que lo mataron sin uniforme ¿verdad?

Hace una semana, saliendo de su comparecencia –a modo- con los diputados locales, el fiscal se atrevió a culpar a los medios de su mala imagen y de la sensación de inseguridad que padece la población del estado, los legisladores pidieron comprensión para el funcionario y aseguraron que no es su responsabilidad. Claro que no, también es responsabilidad de los 25 diputados de la XV Legislatura que abrogaron la Ley para la Protección de Defensores de Derechos Humanos y Periodistas hace un año. Ah, y también es culpa de ese “colectivo de periodistas” que respaldaron esa iniciativa.

México es el segundo país más peligroso del mundo para ejercer el periodismo; en Quintana Roo, hace menos de dos meses mataron a Rubén Pat Cahuich y a José Chan Dzib; pero eso sí, el recién nombrado subsecretario de gobierno, Elías Prado Laguardia convocó a un desayuno –limitado a 20 comunicadores- para escuchar su plática “comuniquemos juntos sociedad y gobierno”, él es el encargado de la Unidad de Protección de la Secretaría de Gobierno; pero finalmente no acudió. Pues no, no reunió siquiera a 20 colegas, y esa falta de credibilidad se incrementó horas después, cuando mataron a Javier Rodríguez…fuera de horario laboral, of course señor fiscal.

Nuestro país es uno en el que, si quieren asesinarte lo logran, con mecanismos nacionales o estatales, con leyes o sin ellas, y en donde la mayoría de las agresiones llegan desde el poder –cualquiera que sea su origen-, pero si a esa circunstancia se suma la abrogación de normas que buscan avances, el entorno se enrarece cada vez más. La razón, desgraciadamente, la tuvimos quienes defendimos la permanencia de la norma local. Aún es tiempo, construyamos la ley local; si el régimen la rechaza o los legisladores no la aprueban por ahora no importa, en 2019 las reglas cambiarán; así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.

COMENTARIO MORBOSO

Por cierto, este miércoles en que fue asesinado el colega Javier Rodríguez, asesinaron a seis personas más en Cancún; pero la percepción de inseguridad es culpa de los medios de comunicación. Un día antes, se presentó al nuevo director de la Policía Ministerial de investigación en la zona norte quintanarroense, el general David Enrique Velarde Sigüenza; vaya bienvenida.

Falta un año para que concluya la XV Legislatura, pero desde ahora aspirantes y partidos preparan sus candidatos, ¿alguno de los actuales legisladores pretenderá reelegirse? ¿Algunos cambiarían ya su opinión con respecto a la ley que aprobaron abrogar? ¿se convertirá el tema en uno electorero para pretender “lavarse la cara”? ¿si se organiza algún otro desayuno –limitado a veinte comunicadores- y el subsecretario ahora sí acude, explicará de qué manera harán efectiva en el resto de la administración estatal, la protección a quienes seguiremos ejerciendo el periodismo? Lástima de instituciones, así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.