Mérida, Yucatán.- Lo que empezó como un “juego de niños” (en realidad, eran jóvenes) terminó con uno de ellos en el hospital y otro, con un pie en la cárcel por homicidio imprudencial… pero tuvo un final feliz.

Ocurrió hace aproximadamente 2 meses, cuando los 2 jóvenes, trabajadores de un taller de carpintería “jugaban” con una herramienta neumática (usan aire comprimido), en este caso un pistola de grapas. En medio del peligroso juego, la pistola se disparó y de las grapas entró por el tórax de uno de ellos, y le perforó un pulmón y el corazón.

Llevado de urgencia al hospital del Instituto de Seguridad Social y Servicios para los Trabajadores del Estado (Issste) “Dr. Daniel Gurría Urgel”, en Villahermosa, Tabasco, no había mucho qué pensar: tenían que realizarse una cirugía peligrosa: los médicos temían que al abrirle el pecho, la sangre salieran chorro y le cobrara la vida, pero tomaron el riesgo.

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¿Por qué? Porque aquel aciago 27 de julio Santos Valdez Gómez llegó con choque hipovolémico o sea desangrado y con presión arterial a la mitad (70/40), de acuerdo con sus 17 años. Lo peor: los medicamentos (aminas a dosis tope) para ‘adelgazar’ los vasos sanguíneos  no funcionaron.

Pero, además, durante la cirugía a corazón abierto, Santos sufrió una hemorragia: perdió 2 litros de sangre, una situación grave si se toma en cuenta que, en promedio, tenemos 5 litros en todo el cuerpo.

“Una de las mayores dificultades del procedimiento, fue que “enfrentamos todas las complicaciones de una transfusión masiva porque sangró 2000 cc (centrímetros cúbicos) durante el evento quirúrgico”, explicó el médico encarado de la operación, Miguel Ángel Hernández Ruiz.

Por cierto, el cardiocirujano estaba de vacaciones cuando lo llamaron para realizar la operación de emergencia, según contó el director del hospital, Javier Sánchez Hernández.

Pese a todas las dificultades, incluso de la operación, los médicos lograron salvar a Santos, quien, 2 meses después, cuando ya se ha reintegrado al trabajo -aunque bajo supervisión médica frecuente- el joven sólo atina a decir: “Volví a nacer”.

Toda esta historia se contó durante una rueda de prensa que, en días pasados, dieron los médicos, el propio Santos y sus padres Rufina Gómez y Santos Valdez, porque no tiene precedentes en el segundo nivel de atención hospitalaria.

De acuerdo con el director del hospital, la cirugía cuesta 400,000 en la medicina particular.

A todo esto, y en medio del reconocimiento público para el médico especialista, el médico comentó: “Mi mayor satisfacción es ver a este joven vivo y rehabilitado”.