Mérida, Yucatán.- Nadie es monedita de oro. Al menos es el ambiente que prevale entre los diputados cuando uno habla, pero los demás no atienden sus palabras o simplemente no lo toman en cuenta. Esto ocurre en el Congreso federal y estatal y Yucatán no es la excepción.
“Como veo que no me escuchan mejor se los paso por escrito”, atinó a decir el perredista Alejandro Cuevas Mena, cuando exponía sus consideraciones respecto a modificaciones de la Ley de Hacienda estatal ante miembros de la Comisión Permanente de Presupuesto, Patrimonio Estatal y Municipal del Congreso local.
El legislador dejó a un lado las reglas de comportamiento institucional y soltó la queja al aire, pero nadie se dio por enterado. La molestia, expresada en el micrófono, quedó registrada en el Diario de los Debates. A su lado, el diputado priista Felipe Cervera apuró con señas a su colega que continuase.
Cuevas Mena quería exponer sus razones para proponer nada de aumentos y nuevos impuestos, pero no tuvo eco o atención. La imagen era la de un salón de párvulos, en el que uno busca llamar la atención pero nadie lo toma en cuenta, ni siquiera la maestra.
Y en efecto, el presidente de la instancia, el panista Víctor Merari Sánchez Roca, quien le había concedido el uso de la palabra, se encontraba de espaldas a la mesa de trabajo en comentarios en corto, de pie, con la diputada de Movimiento Ciudadano, Milagros Romero, quien estaba fuera de su lugar.
En ese instante, la secretaria de la comisión Rosa Adriana Díaz Lizama, intercambiaba información con un asesor, y la diputada Silvia López Escoffie, quien poco antes calificó como una falta de respeto la intervención de su colega Cuevas Mena por tocar un tema discutido en la víspera, simplemente abandonó momentáneamente la sesión.
Quitado de la pena se encontraba el diputado priísta Warnel May Escobar con su celular en el envío de mensajes por whatsapp, en tanto que la vallisoletana María Moisés Escalante (PRl) intercambiaba ideadas con su colega de partido Marcos Nicolás Rodríguez, quienes no tuvieron intervención alguna como generalmente ocurre en las sesiones en las que siempre hablan los mismos.
El colmo del desinterés fue de la diputada Leticia Gabriela Euán Mis, cuando el diputado Sánchez Roca le preguntó el sentido de su voto a la propuesta del perredista de no crear nuevos gravámenes ni aumentar los existentes y no supo qué contestar, lo que suscitó risas entre los presentes y también peticiones de respeto a la legisladora.
Por fin, todos votaron en contra de la propuesta del diputado PRD, quien, como dice la “vox populi”, se quedó chiflando en la loma.