Por Itzel Chan
Mérida, Yucatán.- De acuerdo con el Registro Federal de las Organizaciones de la Sociedad Civil, hay más de 170 de estas agrupaciones en Yucatán enfocadas a temas de medio ambiente, indigenistas y de desarrollo de la comunidad.
Sin embargo, menos del 10 por ciento cuenta con la capacidad para ejecutar proyectos de conservación.
A nivel nacional hay miles de organizaciones de diversos tamaños e intereses, aunque el Registro Oficial incluye a más de cuatro mil que apoyan la preservación de los recursos naturales, flora y fauna, así como la restauración del equilibrio ecológico, la promoción del desarrollo sustentable y el rescate comunitario de zonas urbanas y rurales. Así también el listado abarca a más de cinco mil enfocadas en el apoyo a pueblos y comunidades indígenas.
Yucatán no figura dentro de las entidades con mayor presencia de organizaciones ambientales, dentro de las cuales se encuentran Oaxaca, Distrito Federal, Tlaxcala, Durango, Chiapas, Campeche, Morelos, Hidalgo, Quintana Roo y Veracruz, en donde hay por lo menos una de éstas por cada ocho mil 800 habitantes.
Por otra parte, el Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza (FMCN) compiló el Directorio Mexicano de la Conservación en el que de manera voluntaria se registraron 326 organizaciones con capacidad para ejecutar proyectos de conservación de la naturaleza, pues al mismo tiempo se comprometen a desarrollar investigaciones a profundidad sobre los temas competentes y en este caso los estados que concentran más proyectos son Oaxaca, Chiapas, Baja California Sur, Veracruz, Quintana Roo y Baja California y en el caso de Yucatán están inscritas solamente ocho organizaciones.
Al respecto, Gustavo Alanís Ortega, presidente del Centro Mexicano de Derecho Ambiental A.C. (CEMDA), mencionó que los temas más recurrentes que son atendidos en Yucatán tienen que ver con el cuidado de la flora y fauna que están en peligro de extinción, la verificación de los ordenamientos ecológicos del territorio, promoción del respeto a las Áreas Naturales Protegidas (ANP) y evitar la contaminación de los cuerpos de agua, así como la vigilancia de la evaluación de impacto ambiental de proyectos.
Alanís Ortega añadió que los compromisos de una ONG son vigilar la aplicación y el cumplimiento de la legislación ambiental, así como interponer las acciones legales que se requieran, y fomentar la capacitación y el entrenamiento en derecho ambiental a distintos sectores de la sociedad.
Para que una ONG pueda aplicar proyectos de conservación se requiere de financiamiento y sobre todo, que ésta sea conformada por personas expertas en la materia y con conocimiento necesario para desarrollar a la par la investigación requerida.
En el caso del CEMDA, es una organización que trabaja desde hace 25 años para la defensa del medio ambiente y los recursos naturales y se ha pronunciado ante problemáticas que se presentan en la Península de Yucatán.
Recientemente emitió opinión sobre el proyecto del Tren Maya, en la que sugirió que debe cumplir una consulta indígena, la autorización de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), estudios sobre el cambio de uso de suelo, además de comprometerse con lo que establece el Ordenamiento Ecológico del Territorio y no afectar las Áreas Naturales Protegidas (ANP).
El deterioro ambiental es tema que requiere la preocupación mundial, incluso desde los años sesenta, y en México la construcción de las organizaciones ambientales son el resultado de la exigencia e iniciativa de una ciudadanía; no obstante, con el paso del tiempo algunas toman un giro ecopolítico que bien puede tener resultados positivos o todo lo contrario.
Fotos: SEDESU y CEMDA