Mérida, Yucatán.- Con la participación de la estadounidense Megan Maiorana, la Orquesta Sinfónica de Yucatán (OSY) interpretó una obra de corte vanguardista, el Concierto para flauta y orquesta Op.39, de Lowell Liebermann, que agradó al público asistente al Teatro José Peón Contreras.
Pocos autores de música del Siglo XX y de este XXI logran captar la atención de la concurrencia en su interés de crear nuevos lenguajes musicales con sonidos, ritmos y armonías diferentes a los convencionales como ocurrió con Liebermann, compositor, pianista y director de orquesta nacido en Nueva York en 1961.
La flautista Maiorana y el director de la OSY, Juan Carlos Lomónaco, asumieron con éxito el reto de presentar este concierto ante un público yucateco que en lo general ha sido señalado como conservador, aunque en esta ocasión mostró gran apertura por lo nuevo.
Con un discurso tonal convencional, pero pletórico de ritmos y melodías tan innovadores como audaces, la solista invitada logró un diálogo concertante con el conjunto, sin ser afectada por el amplio espectro sonoro de los instrumentistas.
La flautista, quien es principal de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes, resolvió las exigencias y dificultades técnicas de la creación de Liebermann, profusa en notas y secuencias vertiginosas, que requieren del intérprete gran habilidad, concentración y dominio técnico.
Maiorana y la OSY desarrollaron durante 25 minutos y en tres movimientos (moderato, molto adagio y presto) un discurso musical contrastante, pleno de secuencias armónicas que suscitaron respuesta entusiasta.
En la primera parte del programa, la OSY deleitó, con legado de Aaron Copland, la “Obertura al Aire Libre” de gran colorido musical, pletórico de marchas y ritmos alegres con gran participación de los alientos metales, es decir, trompeta, trombones y cornos, que recordó a los desfiles en Miami y Pasadena.
En la parte final el tercer programa de la XXXI Temporada, la máxima agrupación musical de Yucatán ejecutó la Sinfonía No. 9, la más conocida de Antonin Dvorak, quien la compuso en 1893 durante su estancia como director del Conservatorio Nacional de Música de América en Estados Unidos.
De esta manera, la Unión Americana estuvo presente en el concierto de este fin de semana en el Peón Contreras, mediante la solista Maiorana, los compositores Lieberman y Copland y la partitura que escribió y estrenó Dvorak en 1893 en Nueva York.
Conocida como “Del Nuevo Mundo”, la sinfonía del autor checo rememora ritmos africanos y melodías de los aborígenes de Estados Unidos. También lleva implícita la evocación musical al mar y la añoranza por su patria eslava, por lo que se ha convertido en una de las favoritas del público.
La OSY prepara su próxima presentación de la que se espera se agoten las entradas, ya que el programa es de lucimiento: el Concierto No. 5 para piano y orquesta “El emperador”, de Beethoven, y la Sinfonía No. 5, de Tchaikovsky, para los días 1 y 3 de febrero.
(Jesús Mejía)