Mérida, Yucatán.- En su batalla para subsistir, la mayoría de las 204 estancias infantiles en Yucatán entraron en espera de las nuevas reglas de operación que emitirá el gobierno federal y explorando alternativas para no cerrar.

Aunque de los aproximadamente 300 mil niños beneficiados en el país se desconoce cuántos son atendidos en Yucatán, la suspensión de la entrega de apoyos oficiales ha puesto contra la pared a esos establecimientos.

La cantidad de guarderías del sistema que han tenido que retirarse es un misterio, pues algunas versiones calculan más de 10, mientras que otras reportan unas 30.

Para sobrevivir a la suspensión de los apoyos y las disposiciones para entregar mil 600 bimestrales de manera directa a los padres de familia, esos planteles o bien elevaron la cuota de aportación a mamás y papás, o habilitaron otras formas provisionales para hacerse de ingresos.

“Algunas están tratando de solventar la falta de subsidio a través de venta de dulces, chocolates, rifas y el apoyo de los padres con despensas”, explicó Rebeca Lugo Fleites, responsable de la estancia infantil Von Glumer en el fraccionamiento Chenkú.

Por lo pronto, la decisión del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, ha implicado un gasto adicional para los padres de familia con capacidad de pago o, en caso contrario, la guardería ha zozobrado.

Los cierres se registran principalmente en los municipios, con estancias infantiles que dependían casi en la totalidad del del subsidio de 950 pesos mensuales por niño regular y de mil 800 por cada uno de aquellos con discapacidad.

En tanto, la aportación de los padres de familia partía desde los 100 pesos y subía a 800, 900 o mil pesos al mes, dependiendo del sector en donde se ubique la estancia infantil.

En ese contexto de incertidumbre, mamás y papás recibirán 150 pesos menos por cada niño regular, mientras que el monto para para los infantes discapacitados sigue sin definirse, tampoco se tiene fecha para reactivar la entrega de los apoyos.

Lugo Fleites refirió que en enero y febrero las estancias no han recibido los subsidios del gobierno federal.

Sus cuotas en promedio, que varían por zonas, van de mil pesos, a mil 500 y mil 800 pesos mensuales, por infante.

“La cuestión de las estancias no estamos peleando o no estamos pidiendo que se nos pague directamente a nosotras; es una responsabilidad que va correr en cada padre de familia”, aclaró Rebeca.

A su vez, Paula Pech, de la asociación civil “Ajal-Lol”, compartió la situación que ha enfrentado en la crisis de las estancias infantiles.

Tras el retraso y luego cancelación de los subsidios, empezó a trabajar en enero con las pocas madres de familia que accedieron a pagar una tarifa semanal.

Para la primera semana de febrero casi todas se declararon insolventes y sólo quedaron tres que no fueron suficientes para el sostenimiento de la estancia infantil a su cargo.

“Yo con tres (niños) no puedo cubrir los gastos”, aceptó la representante de la agrupación de carácter asistencial sin fines de lucro, constituido en el año 2000, en auxilio de personas en situación vulnerabilidad.

Inscrita en el sistema desde 2007, Paula tuvo que cerrar en días pasados.

“Yo lo vi como una oportunidad de apoyar a la comunidad y a las mujeres, que dejaran a sus niños en un lugar seguro y que ellas pudieran trabajar. Yo lo vi como una súper oportunidad de trabajar en mi comunidad y por eso me inscribí, pero no nos imaginamos que terminara así el programa”.

(LectorMx)