Mérida, Yucatán.- Siete de cada 10 mujeres en Yucatán ha sufrido algún tipo de violencia, ya sea psicológica, física, sexual, económica y patrimonial, y son de todos los estratos de la sociedad, lo mismo pobres que ricas.
La psicóloga Emma Vela Cano, jefa del Departamento de Servicios Especiales
del Instituto Municipal de la Mujer en Mérida y asesora del albergue de protección mujeres víctimas de la violencia, planteó lo anterior y mencionó que las agresiones se dan en todos los niveles socioeconómicos.
Las mujeres de condiciones muy modestas o de bajos ingresos económicos que son víctimas de violencia en el hogar acuden a refugios o en busca del auxilio institucional, en tanto que las que son de clase acomodada recurren a consultas particulares con psicólogos y orientadores matrimoniales.
La violencia es un sistema de control y cuando se quiere cambiar eso implica mayor agresión, apuntó en entrevista, al resaltar que también se trata de un problema estructural y de cultura que, reconoció, no es fácil de erradicar, pero si es posible cambiar o modificar.
Sostuvo que el mayor tipo de violencia es la psicológica, que implica vejaciones, amenazas, humillaciones y otras conductas coercitivas de control machista, seguido por la violencia física que es un factor desencadenante de lesiones y feminicidios.
Otras formas de violencia son las de carácter sexual como los acosos, el
maltrato y las violaciones, así como la económica y patrimonial que no es otra cosa más que limitar los ingresos y fortalecer la dependencia económica.
Existe una relación muy estrecha entre dependencia económica y la
violencia psicológica y física, por lo que las mujeres que no cuentan con un sustento propio están en situación de mayor riesgo y vulnerabilidad, recalcó la psicóloga, quien actualmente atiende a víctimas de la violencia en un albergue especial que salvaguarda la integridad de éstas, así como las de sus hijos.
Explicó que el alcoholismo enmascara, disfraza y desencadena la violencia en los hogares; de ahí la importancia, dijo, de atender de manera integral y estructural este problema que afecta a todos los miembros de una familia y daña sus derechos humanos.
Se pronunció por un trato digno, una relación de respeto y reconocimiento
de que las mujeres no son objeto de nadie, además de impulsar la participación ciudadana en estos temas y procurar la armonía para el bien común dentro de una cultura de la paz y de la no violencia.
Vela Cano fue entrevistada durante la Jornada Derechos de las Mujeres “Pasado, presente y futuro”, en el marco del Día Internacional de la Mujer, en la que fue implementado un innovador taller de concientización de la mujer contra la violencia a través de la música.
La terapeuta directora de talleres de Desarrollo Humano, Josefina Zenteno
García, expuso a las asistentes en el Centro Cultural Olimpo que la mujer busca en su hogar una relación de respeto, confianza, armonía, cooperación y colaboración.
La agresión, detalló, es utilizada por los hombres para mantener la relación de discriminación, desigualdad y poder, de tal forma que el abuso siempre es intencional y su propósito es herir, humillar y disminuir a la mujer para sentirse superior a ella y controlarla.
La violencia produce un daño real o potencial para la salud, desarrollo y
la dignidad de la persona que la ha sufrido, por lo que es necesario romper con los estereotipos y mitos de que “si te pego y te celo es porque te quiero” o que “los hijos no podrán crecer y desarrollarse sin un padre”.
Por ello, aseguró que la víctima es la única capaz de dar el primer paso para romper el círculo de la violencia, lo que traerá consigo satisfacciones inimaginables y una vida digna y mejor.
Esta exposición fue alternada con canciones interpretadas por Emma Alcocer, referentes a la necesidad de desterrar las agresiones y ejercer el derecho a una vida plena y digna, de autores como Elena Gadea, Franco de Vita, María San Felipe y, otros, con acompañamiento al piano de Pedro Pablo Herrera.
(Jesús Mejía)