Mérida, Yucatán.- El Banco de Alimentos de Mérida A.C. (Bamac) rescata al mes 120 toneladas de productos perecederos que, distribuidos en despensas con equilibrio nutricional, alimentan a 11 mil 500 yucatecos que viven en pobreza extrema, y calcula que si selogra rescatar alimentos en buen estado que se pierde en hoteles, restaurantes, supermercados y agroindustrias, puede llegar a los 50 mil beneficiarios.

El presidente de la mesa directiva de la institución, José Trinidad Molina Casares, explica que el nuevo Centro de Rescate y Distribución de Alimentos del Bamac, opera al 30 por ciento de capacidad y con la suma de más empresas, productores, hoteles y restaurantes locales es posible alcanzar esa meta y, de paso, rescatar un mayor volumen de alimentos en buen estado que “si no vamos por ellos, terminan en la basura”.

Molina Casares recibió la visita de Tuffy Mafud Contreras y Pedro Cabrera Quijano, presidentes de Empresarios Progresistas y de la Fundación Produce Yucatán, respectivamente, a quienes mostró las nuevas instalaciones y el trabajo que realizan los voluntarios para llevar alimentos rescatados a niños, mujeres embarazadas o lactando, adolescentes, adultos mayores y personas con capacidades diferentes.

Los visitantes se comprometieron a difundir la misión del Banco de Alimentos de Mérida, para ampliar el número de donantes y, de paso, aprovechar esa oportunidad de cambiar malos hábitos con el planeta y con la humanidad entera ya que se calcula que en México se desperdicia hasta un 34 por ciento de los alimentos que se producen.

Tuffy Mafud explicó que Empresarios Progresistas es una cámara empresarial de reciente formación, que integra a empresarios a inversionistas que participan de manera activa en la construcción de un país con igualdad de oportunidades y mejores niveles de calidad de vida. Aplaudió el trabajo de ese Banco de Alimentos y ofreció a difundir su quehacer entre los socios de la asociación.

A su vez, Cabrera Quijano se comprometió a difundir la misión del Banco de Alimentos de Mérida en las cadenas productivas que convergen en la Fundación Produce, para que productores y agroindustrias se sumen a esa noble tarea.

Situado en la calle 60 por 175 de la colonia San José Tecoh II, a unos 100 metros del Hospital de la Amistad Corea-México, el Banco de Alimentos de Mérida forma parte de una red de 58 bancos de alimentos en el país, que tienen como objetivo aprovechar los alimentos no comercializables, entregando donaciones a familias en extrema pobreza.

Molina Casares mostró al ejército de voluntarios y al equipo de trabajo que se encarga del rescate, selección y distribución de los alimentos en Mérida. Pastas, verduras, frutas, enlatados, jugos, sopas, cereales, sueros, gelatinas, embotellados, entre una amplia gama de alimentos en buen estado, son debidamente distribuidos.

“El año pasado el Servicio de Administración Tributaria nos llamó porque, por un trámite fiscal que no cumplió un importador, en la aduana de Progreso tenía 900 quesos de bola a disposición del DIF y de nosotros. Los beneficiarios del Banco reciben alimentos de calidad, no caducos o que representen un riesgo a la salud”, añadió.

El Centro de Rescate cuenta con seis andenes para la recepción de alimentos y una flotilla de cuatro camionetas que van por los productos perecederos. El producto se selecciona y distribuye en anaqueles y tres bodegas refrigeradas. Toda la información se sube a un banco de datos, que puede ser auditada por los donadores.

Como siguiente paso, una nutrióloga se encarga de equilibrar el valor calórico y alimenticio de esos productos, en las despensas para los beneficiarios. En el nuevo recinto hay una sala de capacitación, donde los beneficiarios aprenden recetas y valor nutricional de los productos ya que, por ejemplo, hay personas que no están acostumbradas a comer brócoli, nopal, etcétera.

A un costo de 42 pesos, que representa aproximadamente el diez por ciento del precio comercial de los productos, las despensas del Bamac llegan actualmente a 42 comunidades y 44 instituciones (entre albergues, centros de rehabilitación, asociaciones religiosas y otras), para un gran total de 11, 500 personas de escasos recursos.

Finalmente, Molina Casares adelantó que esa asociación prepara la iniciativa de ley “Hambre cero”, para que hoteles, restaurantes, mercados y tianguis, entre otros giros, destinen los alimentos que no pueden comercializar a la nutrición de personas de escasos recursos.