Mérida, Yucatán.- En la creencia católica y popular, la representación de un papel religioso requiere de fe y entrega, pero al parecer eso faltó en esta ocasión a Javier Moo Aké en el papel de Judas Iscariote, en el municipio de Baca.
Desde el inicio de la semana litúrgica, Javier tuvo el primer traspié: no llegó a la misa del Domingo de Ramos –según sus conocidos y versiones de habitantes de la población–, por una cruda que no le permitió estar en condiciones.
Pese a ese inconveniente continuó con su preparación y este miércoles, en escenificación de la Última Cena –tradicionalmente celebrado en jueves y cambiado por los organizadores– el joven enfrentó un accidente.
La modificación en el día de la conmemoración ha acarreado variados comentarios y supersticiones de la gente; muchos cuestionan y atribuyen el percance a esa decisión.
En el pasaje en que Judas, arrepentido de su traición a Jesucristo, se cuelga de la rama de un árbol, el improvisado actor estuvo a punto de perder la vida, al fallar los amarres que debían sostenerlo, de acuerdo con el libreto.
En realidad, el muchacho quedó con la soga en el cuello y a punto de la asfixia.
En principio, sus compañeros del viacrucis viviente creyeron que se trataba de parte de la dramatización, aunque segundos después se percataron de que Javier de verdad estaba en riesgo y forcejeando.
Casi siete segundos de temblar al aire y el residente, de 22 años de edad, vestido de apostol, fue bajado y auxiliado por familiares y amigos que estaban cerca de él.
Luego de reanimarlo fue llevado de urgencias para una mejor valoración, sin mayores consecuencias.
Pasado el susto, Javier comunicó que daba por terminada su participación por tercer año consecutivo en el grupo promotor de la parroquia.
(Foto: ACOM)
(LectorMx)