Mérida, Yucatán.- Pese a su importancia en la construcción de infraestructura y casas habitación, los albañiles que este 3 de mayo festejan su día, el de la Santa Cruz, son los que mayor riesgo de accidentes enfrentan, además de que laboran en condiciones precarias de seguridad e higiene.

Son los verdaderos pilares del sector, ya que muchas veces realizan el trabajo que las máquinas y palas mecánicas no pueden hacer, pero ocupan los primeros lugares en percances fatales.

De acuerdo con el Sindicato de Trabajadores Alarifes de la Industria de la Construcción, en el año 2016 en Yucatán ocurrieron ocho fallecimientos de afiliados; en 2017 ascendió a 13, entre ellos cinco que murieron al desplomarse la obra del hotel en la calle 60 y en 2018 ninguno.

En seguimiento de una construcción, es evidente que los albañiles trabajan en condiciones de alto peligro, ya que cargan, trasladan y estiban bultos de grava y polvo, así como cemento con pesos superiores a los 50 kilogramos cada uno.

Los empleados de las tiendas que venden materiales cargan hasta dos y hay quienes hasta tres bultos de cemento de 50 kilogramos sobre su espalda, del almacén al camión y luego de éste a decenas de metros del sitio de destino.

Andan en chancletas o sandalias, en muchos casos descalzos, y arriesgan su físico al soportar hasta cuatro bloques de 12 kilogramos cada uno, o sea un total de 48 kilogramos con la posibilidad que tan solo una de estas piezas caiga sobre uno de sus pies con consecuencias difíciles de imaginar.

Como estibadores y alarifes colocan vigas de 4.80 metros de largo con pesos mayores a los 130 kilogramos cada una y a 2.50 metros de altura para la construcción de los techos.

Por añadidura, tienen que trasladar y subir las bovedillas de 25 kilogramos cada uno y luego la mezcla de cemento en cubetas con pesos considerables arriba de los 50 kilos.

No obstante la existencia de obligaciones y normas que exigen a las empresas brindar la máxima protección y condiciones de seguridad a los alarifes, lo cierto es que no se cumplen y en cualquier obra en la ciudad es posible constatarlo.

“Hacen el trabajo que ni los negros quieren hacer” refirió el entonces presidente Vicente Fox al comentar la complicada realidad en que laboran los mexicanos en Estados Unidos, tanto en la industria de la construcción como en el campo.

Por lo anterior, los albañiles son reconocidos por la sociedad en este 3 de mayo como verdaderos soportes de la industria de la construcción.

Este día, el patrón, ya sea el jefe de obra, el dueño del predio o de la constructora agasajó a los trabajadores con chicharra, cochinita, lechón y refrescos como un reconocimiento a su trabajo, aunque, desafortunadamente, no todos son así.

(Jesús Mejía)