Mérida, Yucatán.- Con conocimientos desde cómo conocer la fertilidad de su suelo hasta cómo fabricar insumos, concluyó el taller “Agricultura orgánica de última generación”, en el que participaron responsables de los programas como “Sembrando vida”, “Orgánico 47” y “Apicultura Orgánica”, así como estudiantes, empresarios y productores locales y extranjeros.

El taller se realizó en el Centro Nacional de Innovación y Transferencia de Tecnología, del Parque Científico y Tecnológico de Yucatán. Constó de cinco sesiones y estuvo a cargo de Pedro Isabeles Flores, consultor en agrosistemas sustentables de alta rentabilidad.

De manera teórica y práctica, en el taller se explicaron las diferencias básicas entre la agricultura tradicional y la orgánica, que incorpora técnicas más nuevas, sencillas y económicas para un mayor rendimiento de cultivos, cuya producción alcanza mejores precios en el mercado.

“Para la agricultura orgánica, el suelo es un elemento vivo, donde suceden ciclos biológicos y químicos que generan vida”, explicó Pedro Isabeles.

Mediante experimentos y prácticas, los asistentes aprendieron a medir la productividad de su suelo y su manejo para incorporar minerales y prácticas ajenas al uso de agroquímicos, que inciden en una mayor productividad. Constataron que, con esas prácticas orgánicas, es posible tener beneficios colaterales, como por ejemplo, el acercamiento de abejas que producen miel orgánica con sólo dotarlas de cajones.

Asimismo, en vez de químicos, la agricultura orgánica aprovecha a los microorganismos que fertilizan la tierra, de modo tal que se reducen los costos de producción en un 95 por ciento, ya que el cinco por ciento restante consiste en el adecuado riego de los cultivos.

“No hay nada mágico en la agricultura orgánica. Todo tiene una explicación científica, gracias a los microorganismos las plantas resisten mejor los embates del cambio climático y producen más porque tienen raíces más profundas, protegidas de manera natural con minerales como el silicio, y con tallos más grandes y fuertes que inciden en más frutos”, indicó Mireles.
Añadió que el secreto de la agricultura orgánica es imitar las condiciones de un bosque, donde la vegetación es más abundante y fértil.

El presidente de la Fundación Produce Yucatán, Pedro Cabrera Quijano, adelantó que el próximo curso será “La palma de coco: manejo y explotación bajo el esquema de producción coco fruta”, los próximos días 22 y 23 en el auditorio CNITT-Yucatán, y el viernes 24 con una práctica de campo en la huerta de palma de coco “San Jorge”, en el municipio de Espita.

Participarán como conferencistas el investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap), Jaime Piña Razo, el consultor especializado en cocoteros Humberto Ramírez Carrillo, el experto consultor en agricultura orgánica Pedro Isabeles, y, por el Comité Estatal de Sanidad Vegetal Vegetal de Yucatán (CESVY), su gerente Ricardo Munguía Rosales, y el coordinador de su Programa de Inocuidad Agrícola, Eric Sánchez Alferez.

Ese curso será teórico y práctico y con un cupo limitado. Para mayor información, con Dorly Aguilar al 9994-515334; al teléfono 01 (999) 406-00-05 extensión 104 ó 108, en horario de 9 a 15 horas, de lunes a viernes, en el correo fundacionproduceyucatan@hotmal.com y en la página de Facebook “Fundación Produce Yucatán”.

btr

(Comunicado)