Mérida, Yucatán.- La Fundación para la Equidad A.C. APIS Sureste, que atiende refugios para brindar atención a mujeres y sus familias víctimas de la violencia, advirtió que en Yucatán este tipo de agresiones intrafamiliares va en aumento, lo que se refleja en el número de atenciones y consultas externas anuales.

Leticia Murúa Beltrán Aragón, directora general de la institución, informó que tan sólo en el 2018 el centro de auxilio y protección que opera en Mérida estuvo lleno todo el año, en tanto que las atenciones externas se elevaron a 500 familias, un indicativo de aumento de los casos de violencia en el hogar.

En entrevista, expuso su preocupación por el creciente número de solicitudes y de víctimas de persecución y de violencia psicológica, física y económica.

Un estudio realizado en 2013 por la propia organización civil en el municipio de Chemax –de alto nivel de pobreza extrema–, reveló que, de unas 650 mujeres consultadas, el 25 por ciento reconoció que vive en situación de violencia física, de las cuales 13.6 mencionó que es maltratada una vez por semana y 19.1 por ciento una vez al mes.

Esos datos al sumarse, revelan que el 32.7 por ciento de las mujeres son violentadas por lo menos una vez al mes, cifra muy alta y coincidente con las encuestas nacionales, con registros promedio de 38 y 49 por ciento de las mujeres del país, según la región.

Beltrán Aragón indicó que la mayoría de las familias que fueron atendidas en el refugio recibieron asesoría y representación legal, lo cual, dijo, es la parte complicada, ya que los procesos que llevan las mujeres para acceder a la justicia son muy lentos, pues se cuentan todavía con casos que datan de 2014.

En ese sentido, expresó reconocimiento al gran esfuerzo de agrupaciones de la sociedad civil vinculadas con este problema y a las afectadas que llevan sus casos a término legal.

El refugio a cargo de la fundación (con capacidad para cinco familias) dio protección en 2018 a unos 20 grupos en situación muy vulnerable, incluso de otros estados, a los que se les ha dado seguimiento para ocupen espacios seguros con redes de apoyos a fin de que salgan del círculo de la violencia.

Por ello, planteó la urgencia de la prevención desde los espacios de la educación pública para terminar con los prejuicios de género que determinan que es normal la violencia hacia las mujeres y eliminar los estereotipos de que la mujer debe obedecer y subordinarse al hombre.

La directora mencionó que de manera reciente recibieron subsidio para continuar con la operación del refugio, tras seis meses de incertidumbre, que obligó al cierre de la casa de atención en Guanajuato.

Respecto a ese punto, elogió que el Gobierno Federal haya rectificado y mantenga los apoyos a este sector social.

(Jesús Mejía)