Mérida, Yucatán.- La sequedad, la pérdida de sensibilidad y fragilidad son algunas características de la piel del adulto mayor, que conllevan a contraer afecciones dermatológicas con mayor facilidad, por los cuales son necesarios cuidados especiales y acudir con un especialista.

Susana Canalizo Almeida, secretaria de la Fundación Mexicana para la Dermatología (FMD), advirtió lo anterior y los efectos de la piel arrugada y seca de las personas de la tercera edad conocido como cronoenvejecimiento o fotoenvejecimiento.

Durante el envejecimiento, explicó, la piel pierde firmeza porque produce menos elastina (fibras elásticas que le confieren flexibilidad) y colágeno (fibras densas que le confieren fortaleza), además se reduce grasa subcutánea, lo que propicia su adelgazamiento y fragilidad.

“El fotoenvejecimiento, o lo que conocemos como manchas de la edad, es causado por el aumento de las células de pigmentación llamadas melanocitos y particularmente aparecen en las áreas donde la piel ha estado mayormente expuesta al sol”, refirió.

La dermatóloga aseguró que la mejor manera de retrasar el fotoenvejecimiento es por medio de la prevención y para ello se debe evitar tomar el sol de manera prolongada; aplicar diariamente un protector solar.

El uso de Factor de Protección Solar (FPS) +50 en las zonas expuestas como cara, cuello, brazos y manos ayudará a mantener la firmeza cutánea y reducirá el riesgo de desarrollar cáncer de piel o una lesión pre-cancerosa.

“Otra característica muy común en los adultos mayores es la disminución en la función de glándulas sebáceas, éstas producen menos aceite a medida que los años avanzan, haciendo que piel tenga mayor sequedad y necesite una lubricación constante.

Es importante, compartió, que durante el baño se evite el uso de jabones que puedan inflamar la piel como los detergentes, así como tallar agresivamente.

Se calcula que, en el caso de los hombres, después de los 80 años de edad, experimentan una mínima disminución; sin embargo, las mujeres producen gradualmente menos aceite después de la menopausia, lo que puede hacer que sea más difícil mantener la humedad de la piel causando resequedad y prurito.

La especialista recomendó mantener una piel hidratada y después del baño, secarla muy bien para posteriormente aplicar una crema que ayude a contrarrestar la resequedad.

(Jesús Mejía)