Mérida, Yucatán.- Unos 25 adultos mayores aportaron parte de su conocimiento y experiencia para instalar un altar de muertos dedicado a las ánimas de los niños, con más deseo de recrear sus juegos, alegrías y gusto por los dulces que conmemorar su fallecimiento.

Como parte del Festival de las Ánimas “Pixanob” y la Muestra de Altares, organizada por la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), alumnos del Curso de Adultos Mayores colocaron su ofrenda con más deseo de agradar y festejar a los niños que llorar por ellos.

Dentro de una serie de 17 altares del “Janal Pixán” o Comida de Difuntos, los de la tercera edad exhibieron singulares juguetes antiguos y muñecos de trapo, así como dulces tradicionales.

Uno de los alumnos consiguió del Museo del Ferrocarril de Mérida una máquina de vapor y un furgón de pasajeros tallado en madera, que data de hace más de un siglo, así como sencillas figuras confeccionadas en trapo para las almas infantiles.

Fernanda Interián Parra, gerontóloga, explicó el significado de cada uno de los elementos que forman el altar, que fue uno de los que más llamaron la atención de los visitantes, porque es el único que tiene un arco con 13 jícaras que representan los peldaños para que las almas puedan alcanzar el cielo, de acuerdo con la tradición y las creencias de la población maya del oriente del estado.

La mesa incluye tres figuras de madera que aluden a Los Reyes Magos de elaboración antigua, que agasajan y protegen –según la tradición cristiana– a los niños y que para los mayas representan las deidades yuun Kax, Yuun Kinil y Yuum Balamo´ob.

Un cuadro del pintor y maestro Manuel Lizama adorna la muestra de los adultos mayores que trata de los “pixanitos” o esas ánimas de niños traviesos que hacen desaparecer las golosinas o juguetes del altar.

En el sitio resalta una jícara repleta de dulces tradicionales, entre ellos los elaborados de calabaza, nance y papaya en almíbar, sin faltar los mazapanes de pepita, merengues, cocadas y otros que con sólo verlos despiertan el antojo.

Igual se exhibe un hilo rojo, que se utiliza para proteger de cualquier “mal” a los niños recién nacidos que no han sido bautizados.

Una cruz maya con hipil resalta al centro como principal símbolo del sincretismo religioso entre el cristianismo y las creencias religiosas mayas, el signo del redentor y La Ceiba con su alegoría del inframundo y la luz, el viento y los astros del cielo.

Una imagen de Nuestra Señora de San Sebastián, igualmente centenaria, remarca la persistencia de la tradición, las costumbres y la cultura maya en todo su esplendor de este altar rico en su bagaje de pibes, flores blancas, “chanchamitos” o tamales de carne con chile habanero, vaporcitos, pan de elote y aguas de frutas.

El profesor de Tópicos y Leyendas de la Cultura Maya, José Eladio Poot Novelo, describió que los 25 adultos mayores que forman parte del grupo mostraron gran sensibilidad y apego a las tradiciones, de tal forma que pudo lograrse un altar fuera de lo común, ya que cada una de sus partes tiene un valor simbólico.

El altar de los adultos mayores forma parte de los 17 que fueron instalados por jóvenes estudiantes de diversas escuelas, facultades y campus de la UADY en el patio del Centro Cultura Universitario, con la firme idea del poeta chiapaneco Jaime Sabines de que “Dios inventó la muerte para que la vida sea para siempre”.

(Jesús Mejía)