Pisté, Yucatán.- A los problemas de vendedores ambulantes en la zona arqueológica de Chichén Itzá, se suman ahora quejas por el desempeño del administrador del parador turístico, Salvador Chapa Cortés.

Locatarios que laboran en el sitio se inconformaron por el presunto consentimiento del funcionario del Patronato de las Unidades de Servicios Culturales y Turísticos (Cultur) al comercio informal en el área de estacionamiento.

Según los inconformes, quienes pidieron omitir sus nombres, Teresita de Jesús Díaz y Rioceli Yam son “patronas de unos 30 ambulantes que controlan esa sección del inmueble.

“Se ha convertido en un caos y anarquía total; acosan a los turistas al bajar de sus autos o autobús, inclusive uno que otro (vendedor) ha sido atropellado por los vehículos”, explica uno de los supuestos afectados.

De acuerdo con su versión, cada una de las mujeres cuenta con 15 personas, llamados sombrereros, al “parecer” con autorización de Chapa Cortés.

Refirieron que desde la llegada de éste como jefe de departamento, en octubre de 2018, se agudizó el desorden.

Ello –argumentaron– a pesar de que cuenta con un cuerpo de 12 elementos de seguridad que no había en la administracion anterior.

“Esta persona nunca está en Chichén Itzá, sólo se le ve cuando hay invitados del Gobierno del Estado. Los acompaña y después abandona el lugar”, alegaron.

También citaron que uno de los compromisos de Cultur es promover la cultura maya, por lo cual fue construido un auditorio que tenía por nombre Chilam Balam.

Sin embargo, la gestión encabezada por Mauricio Díaz Montalvo lo entregó en renta y se convirtió en una tienda de artesanías.

Con base en los estatutos de Cultur, pidieron la intervención del gobernador Mauricio Vila Dosal para atender estos asuntos.

(LectorMx)