Mérida, Yucatán.- Si logra el aval mayoritario en la consulta del próximo 15 de diciembre, el Tren Maya tendría sus primeras obras en marzo del 2020 para ponerlo en operación en 2023.

Son las expectativas del director general de Fonatur, Rogelio Jiménez Pons, quien estimó que las etapas de arranque serían en tramos de Campeche a Valladolid.

“El objetivo es tener ya obras iniciadas ahí por el mes de marzo, en los primeros meses de 2020, ya tener las primeras obras grandes de licitación”, explicó en conferencia de prensa.

Con el gobernador Mauricio Vila Dosal y el coordinador general de asesores del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), Guillermo May Correa, Jiménez Pons ofreció una sesión informativa sobre el proceso del ejercicio participativo ciudadano (sí o no al tren) y la consulta indígena para definir cómo serían y cuáles las condiciones, con un análisis más profundo.

Refrendó que el 13 diciembre se terminarán los estudios de ingeniería básica, y después el 19 o 20 saldrían las prebases de licitación.

Ello, siempre y cuando resultara favorable la consulta a realizarse en 18 días.

“Y aquí quiero hacer patente la convicción de que si se dijera que no, no va el tren… Aquí no hay simulaciones; si se dijera que no, no va el tren”, puntualizó.

Por lo pronto, las asambleas informativas tendrán lugar, de forma simultánea, el próximo viernes en Maxcanú, Tixpéual, Tunkás, Dzitás y Chichimilá.

Las asambleas consultivas a los pueblos indígenas será el 14 de diciembre y la votación en 84 municipios de Chiapas, Tabasco, Campeche, Quintana Roo y Yucatán –conectados por el futuro trazo– el día 15 del mismo mes.

Para el 2020, calculó de 10 mil a 11 mil millones de pesos para el Tren Maya, independiente de los montos que pueda aplicar la iniciativa privada.

A pregunta específica, negó amenaza de deforestación en la ruta, y como ejemplo citó que de Palenque hasta Valladolid existen vías férreas antiguas.

Y en “las partes nuevas y delicadas como puede ser en Calakmul”, se utilizarán derechos de vía de las líneas de alta tensión y de las carreteras.

“Eso no se va a dar, no va haber destrucción de selvas o a la naturaleza”, atajó, y luego rechazó que pueda hablarse de ecocidio.

“El desastre ecológico es no hacer nada”, reprochó el funcionario.

En otro punto, precisó que en Chichén Itzá tendrá definirse con las nuevas autoridades ejidales el terreno para la estación de pasajeros, que la capital yucateca albergará las oficinas centrales del Tren Maya y que la reubicación del Aeropuerto Internacional de Mérida es un asunto que deberá resolverse con posterioridad y de competencia local.

“Eso está pendiente de tratar. Lo primero es resolver el problema de la consulta, iniciar los trabajos, y ya si las condiciones se presentan favorables para hacer lo que sea necesario, se hará. Todo depende de que las cosas maduren”, apuntó.

Al respecto, el gobernador Vila Dosal intervino para aclarar que “por el momento, no se contempla el traslado.

“Primero va la consulta y si es este proyecto da para hacer muchísimos más proyectos, pero ninguna decisión se va tomar sin consultar a los yucatecos”, acotó.

En la parte final del encuentro con medios de comunicación, Jiménez Pons reaccionó a lo que llamó “un cuestionamiento que calienta: ¿Cómo que neoliberal?”, y aludió a la postura de agrupaciones civiles que han manifestado su repudio al proyecto y en particular se dirigió al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

(LectorMx)