Por Adela Mac Swiney González

Madrid, España.- El impacto de la crisis climática en los océanos tiene graves implicaciones para la biodiversidad y la humanidad y requiere de una respuesta política global urgente en los próximos doce meses, advirtió la organización Greenpece, en un informe que dio a conocer hoy miércoles.

Al tiempo que tiene lugar en Madrid la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático, la organización ecologista presentó el informe “La crisis climática y la necesidad urgente de protección de los océanos”.

El estudio reveló que el colapso del mar, debido al uso de combustibles fósiles, se está produciendo a una velocidad vertiginosa y a gran escala, ya que altera la estructura y las funciones de los ecosistemas y provoca el calentamiento del agua, el aumento del nivel del mar y la acidificación y desoxigenación del océano.

Por ello, la vida de entre 100 y 300 millones de personas podría verse amenazada si la crisis de los océanos continúa a este ritmo.

La responsable de la campaña de Océanos de Greenpeace, Pilar Marcos, explicó que “los impactos más visibles del cambio climático comienzan y terminan en el mar”.

Añadió que la subida del nivel del mar por el deshielo de los glaciares o las olas de calor marinas están provocando cambios en los ecosistemas costeros, un círculo vicioso que está causando profundas alteraciones.

Recalcó que el cambio climático y la reducción de la biodiversidad marina no pueden abordarse por separado; sin embargo, aún no existen planes multilaterales ni instituciones globales con el poder necesario para gestionar conjuntamente estas crisis gemelas.

Según el informe, los impactos derivados, que aún se están investigando, serán en cualquier caso generalizados y de profundo calado.

A lo largo del próximo siglo, el aumento del nivel del mar desfigurará las costas de numerosos países, lo que puede llegar a triplicar la estimación de la cantidad de personas amenazadas, acotó.

Además, el estudio señaló que casi tres cuartas partes de las comunidades más vulnerables se hallan en ocho países asiáticos, siendo China el más afectado.

Hasta la fecha, dos tercios de los ecosistemas marinos ya se han visto afectados por la acción humana y de hecho, las extensiones de praderas marinas han ido menguando a un ritmo de más de un 10 por ciento por década entre 1970 y 2000.

Asimismo, la presencia de corales vivos en los arrecifes se ha reducido casi a la mitad en los últimos 150 años, con un drástico declive registrado los últimos 20 años.

Además del cambio climático, la sobrepesca y las prácticas pesqueras ilegales son otra de las principales causas de la destrucción de la vida marina al grado que en 2015, el 33 por ciento de las poblaciones de peces ya estaba siendo sobreexplotado hasta niveles insostenibles y un 60 por ciento había alcanzado su límite de explotación.

En concreto, la organización ecologista pidió a los gobiernos más ambición con sus objetivos nacionales para que sus emisiones de gases de efecto invernadero se reduzcan a la mitad en 2030 en la cumbre climática en España y en la del año que viene en Reino Unido.

Demandó la aprobación de un Tratado Global de los Océanos en la ONU para finales de 2020 y el compromiso de proteger el 30 por ciento de los océanos a través de una red de santuarios marinos, también en la cumbre del Convenio sobre la Diversidad Biológica en China en octubre de 2020.