Mérida, Yucatán.- Con la mejor expresión del ballet del país y la inconmensurable música de Tchaikovsky, la Compañía Nacional de Danza (CND) y la Orquesta Sinfónica de Yucatán (OSY) respondieron a la expectativa del público que agotó desde hace dos meses las entradas del Teatro José Peón Contreras para presenciar “El Cascanueces”.
Con base en un cuento del escritor prusiano Ernst Theodor Amadeus Hoffman, titulado “El cascanueces y el rey de los ratones” (1816), la producción trató sobre las aventuras de una niña cuyo regalo de Navidad, un cascanueces en forma de soldado, cobra vida y debe luchar contra un sinfín de maldades del rey ratón.
Con libreto de Marius Petipa, en la versión de Alexandre Dumas y la coreografía de Nina Novak –del original de Lev Ivanov–, la CND y los niños del Centro Estatal de Bellas Artes de Yucatán conjugaron esfuerzos en poco tiempo para la puesta en escena.
Proveniente de la Ciudad de México, dos trailers de gran tamaño trasladaron a Mérida la escenografía, la utilería, el vestuario y todos los accesorios propios de la producción, en tanto que el grupo de ballet y la orquesta presentaron lo más excelso en la danza y la música del género.
“El Cascanueces” es propio de los meses de diciembre y enero en renombrados escenarios del mundo, lo mismo en Alemania, Francia, Gran Bretaña y Rusia, que en Canadá y Estados Unidos, por lo que Mérida se puso a la par como ciudad cultural con cuatro funciones con localidades totalmente ocupadas.
A 56 años de su fundación, cumplidos el pasado 26 de noviembre, la CND refrendó en suelo yucateco la aceptación existente hacia el ballet “El Cascanueces”, cuyo estreno tuvo lugar el 18 de diciembre de 1892 en el Teatro Mariinski de San Petersburgo y goza desde entonces de gran popularidad.
El director artístico de la CND, Cuauhtémoc Nájera, dispuso de 47 bailarines, todos ellos de alto nivel artístico de interpretación, un cuadro que es renovado y enriquecido, comentó, con audiciones todos los años.
A 127 años de su estreno, “El Cascanueces” goza de gran aceptación, ya que dispone de armonías con una riqueza de invención melódica que caracterizan a la música, en tanto que el ballet clásico simboliza lo más excelso en el lenguaje de la danza.
Grandes bailarines del siglo XX como Alicia Alonso, Rudolf Nuréyev y Mijaíl Barýshnikov marcaron su sello en este ballet, que es considerado de los más populares y conocidos junto con “La Bella Durmiente” y “El lago de los cisnes”, también de Tchaikovsky; “La Consagración de la primavera”, de Igor Strawinsky, “Giselle”, de Adolphe Adam, y “Don Quijote”, de Ludwig Minkus, entre otros.
El punto de partida de El Cascanueces es la fiesta de la víspera de Navidad que organiza el mago Drosselmeyer, un viejo chiflado, inventor de juguetes y amigo de los niños, para ofrecerles infinidad de sorpresas. Pero a Clara el juguete que más le gusta es el cascanueces en forma de soldado.
La pequeña recibe el personaje, lo que provoca la ira de su hermano Fritz, que le rompe el juguete. A medianoche, cuando todos duermen, el soldado cobra vida y, tras derrotar a los ratones liderados por su rey, lleva a Clara a un reino mágico poblado por muñecos.
En la segunda parte de la producción, el despliegue artístico de los bailarines de la CND es total con la interpretación de las danzas española, árabe, china, rusa, de los Mirlitones, el vals de las flores, pas de deux, la tarantela y la Danza del Hada de Azúcar.
Esta serie de danzas le da el atractivo visual al ballet, cuyos integrantes Roberto Rodríguez, Erick Rodríguez, Agustina Galizzi, Ana Elisa Mena, Blanca Rpioz, Mayuko Nohel, Yoalli Sousa e Iratxe Beorlegui mostraron las cualidades que les permiten figurar como primeros bailarines y solistas de la compañía.
El cuerpo de ballet infantil dio vida a angelitos, soldados, jinetes y ratones, mientras que los adultos de la Escuela de Bellas Artes de Yucatán recrearon a invitados a la fiesta, mayordomos y bombones, todos ellos bajo la coordinación de Rubí Montejo, Héctor Hernández Sosa y Alma Rosa Cota.
Al final, el público tributó un intenso aplauso a solistas y cuerpo del ballet de la CND, así como a la OSY que en la conducción del maestro Juan Carlos Lomónaco tuvo gran realce en la interpretación de la música inmortal de Tchaikovsky.
Con las presentaciones de este ballet del 5 al 8 de diciembre, la OSY cerró su XXXII temporada de conciertos 2019 y se dispone a viajar a la Ciudad de México para dos presentaciones, el 14 y 15 de diciembre en la Sala Nezahuacóyotl y el Centro Cultural Roberto Cantoral, como parte del cierre del Festival Artístico de Otoño.
(Jesús Mejía)