Por Jesús Mejía

Mérida, Yucatán.- En el 478 aniversario de la capital yucateca, la escritora Margarita Robleda Moguel pidió ser también la voz por los que sufren discriminación, violencia y especulación urbana y llamó a construir todos juntos la mejor ciudad del mundo.

Invitada a fungir como principal oradora ante representantes de los tres poderes del estado, regidores, legisladores locales y federales y ex alcaldes, la compositora, cantante, poeta y empresaria hotelera habló de la Mérida hospitalaria y cultural, al igual que de las demandas de sus residentes.

Mérida se vende como la mejor ciudad del mundo sin medir las consecuencias de la cantidad de personas que huyen de la violencia y aceptan cualquier propuesta de la mercadotecnia que, a larga, si no hacemos algo al respecto, los únicos beneficiados serán las inmobiliarias, advirtió.

Ante empresarios, entre ellos el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Raúl Aguilar Baqueiro, recalcó que las inmobiliarias están desforestando, armando cuellos de botella vehiculares y encareciendo las viviendas para los locales.

“¿Cómo ser voz e incluir a todos? ¿De esos que vienen huyendo, cargados de miedos; de los que aquí estamos y vemos aterrados que el tráfico se desquicia día con día?”, preguntó en el Centro Cultural Olimpo, en sesión solemne de Cabildo.

“Quiero ser voz de los habitantes de las comisarías que se volvieron islas perdidas entre las bardas de los fraccionamientos que surgieron de repente; comunidades recelosas y asustadas ante tantas miradas voraces de engullirse sus espacios”, expresó la autora de más de 20 publicaciones para niños y adultos.

El alcalde Renán Barrera Concha, y los ex presidentes municipales de Mérida, Ana Rosa Payán Cervera, Manuel Fuentes Alcocer, Luis Correa Mena y Xavier Abreu Sierra, escucharon de la oradora que Mérida no es la mejor ciudad del mundo, pero si hacemos nuestra parte para lograrlo, podremos construir una gran ciudad que nos cobije a todos, en lugar del campo de batalla que se avizora puede llegar a convertirse.

En su encendido discurso, solicitó ser voz que se una a los cientos de miles de voces de mujeres en Mérida y en el mundo, que gritan ¡Basta! No quiero… es ¡no quiero! ¡Má, es má! ¡Ni una más! Ser la voz de las que ya no saben cómo gritar su dolor para ser escuchadas, cómo clamar por auxilio.

De la misma manera quiero ser voz de los hombres que sufren violencia en casa y no pueden ir al Ministerio Público a levantar una demanda por el terror que les provoca enfrentar la burla, abundó.

Exigió alto a la violencia contra hombres y mujeres, jóvenes, niños, ancianos, animales y personas con preferencias religiosas, políticas y sexuales distintas a las nuestras.

Quiero ser voz de una Mérida ciudad de la paz y la pluralidad, del respeto y la tolerancia, de la inclusión de todas las personas con capacidades diferentes y necesidades especiales, recalcó.

Aún estamos a tiempo de construir la mejor ciudad del mundo, dijo al sugerir: “en lugar de pensar únicamente como abultar la cartera personal, hagamos crecer la comunitaria invirtiendo en educación y cultura, en el deporte, investigación, ciencia y tecnología”.

En su intervención, Barrera Concha comparó a Mérida como una “joven de 478 años”, un cúmulo de valores que deseamos mantener no sólo para mejorar nuestra calidad de vida, sino también para proyectar esta personalidad en otras ciudades mexicanas, del caribe, Centroamérica y del mundo.

“Ni hombres ni mujeres, que somos mitad y mitad de la misma naranja, podemos caminar separados o enfrentados. Ni meridanos de nacimiento o meridanos por adopción podemos impulsar ghettos separados de los demás, afuera de estos valores”, advirtió.

Por ello, llamó a vivir la ciudad con la seguridad de que el respeto al derecho ajeno es la paz y que la libertad es el límite de la libertad del otro.

Exhortó a proteger a Mérida del egoísmo de las personas que no son capaces de ceder en algo para mejorar la convivencia con el otro.

Después del acto, los invitados acudieron al inicio de los conciertos del Festival Mérida Fest 2020 frente al Palacio Municipal.