Mérida, Yucatán.- Los muros de “la joya arquitectónica del Paseo de Montejo”, el Palacio Cantón, se construyeron sobre una historia de deudas impagables que por momentos le arrebataron a los dueños la propiedad, en la que, incluso, tuvieron que vivir como inquilinos y pagar una renta…

… en el papel, porque, en realidad, documentos de una reciente investigación cuyos resultados presentó ayer la historiadora Blanca González Rodríguez, muestran que quien estaba a cargo de la propiedad durante el juicio hipotecario, reportaba que los inquilinos no habían pagado la renta.

La investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quien, para el aniversario 100 del edificio –hoy sede del Museo de Antropología e Historia- editó un libro sobre el edificio más emblemático del Paseo, reveló los detalles en la ponencia titulada “Nuevos hallazgos alrededor del Palacio Cantón” que presentó ayer en el marco del VIII Simposio 2020 sobre Patrimonio Cultural de Mérida, en el Olimpo.

Aunque en buena parte de su ponencia citó datos y fotografías ya publicados en la edición del libro El Palacio del General Cantón. Cien años de historia” en 2011, también mostró imágenes inéditas de la construcción del edificio, y expuso pasajes poco conocidos como, por ejemplo, quiénes fueron los propietarios de los terrenos en donde se asienta el Palacio.

De hecho, uno de los datos que “rompió” la historia fue que, en realidad, quien adquirió los terrenos no fue el general Francisco Cantón Rosado, sino su hijo homónimo, y quien se le distinguía como “el licenciado” –era abogado-, para no confundirlo con su padre. Sin embargo, aclaró: “Era el dinero del general”, quien vendió su concesión de ferrocarril.

De esos espacios –eran varios “solares”- que “se fusionaron” para poder edificar la entonces moderna obra arquitectónica –que se terminó de construir en 1911- cuatro se le compraron a un personaje que –como desde entonces y hasta ahora- se dedicó a comprar predios para revenderlos: Eulalio Casares.

Aunque el tiempo de la ponencia no le permitió a la historiadora dar más detalles de la nueva investigación sobre el Palacio, comentó que la familia Cantón Rosado tenía muchas deudas producto de préstamos que hacía a terceros o instituciones y para los cuales dejaba en prenda propiedades como el mismo edificio.

Debido a estos múltiples problemas económicos, un banco embargó la propiedad que le había dejado en prenda Francisco Cantón Rosado; pero la “sorpresa” es que había un embargo anterior solicitado por un particular. En ese “tira y afloja”, la institución ganó y sacó a remate la majestuosa residencia.

Aunque finalmente la familia pagó las deudas, éstas nunca se terminaron; de ahí que la historia de la casa terminara precisamente con una “jugada jurídica” que la dejó a cargo del Gobierno, en cuyas manos permanece hasta nuestros días.

(LectorMx)