Por Jesús Mejía

Mérida, Yucatán.- Infraestructura de largo plazo como la refinería Dos Bocas y el Tren Maya está en riesgo por la baja recaudación derivada de la reducción del consumo en el contexto de la pandemia del coronavirus (Covid-19), a lo que hay que sumar la caída de los ingresos petroleros.

Es el planteamiento del especilista, Juan Felipe Alonzo Solís, al hablar de los impactos de la crisis sanitaria mundial en la macroeconomía y la economía doméstica.

El coordinador de posgrado e investigación de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) expuso que al no haber consumo habrá menos recaudación del Impuesto al Valor Agregado (IVA), es decir el gobierno mexicano tendrá menos ingresos tributarios, lo que limitará sus planes.

A excepción del aeropuerto de Santa Lucía, cuyas inversiones y avances están en marcha, además de que obedece a la necesidad impostergable de construir una nueva terminal aérea, la refinería de Dos Bocas en Tabasco y el Tren Maya tienen problemas de viabilidad por los recursos que se requieren.

“Nadie se imaginaba lo que iba a pasar”, ponderó, al recalcar que los proyectos de largo plazo tendrán que “repensarse”, ya que la prioridad será atender el corto plazo.

Será un reto la reactivación de la economía –agregó–, que será afectada por las reducciones en cadena del consumo, la producción y la generación de empleos.

El economista advirtió que el 60 por ciento de la población económicamente activa se encuentra en la informalidad, es decir, que vive al día, sector que es impactado por esta contingencia por la reducción del consumo. A lo anterior hay que sumar la afectación al turismo y los servicios.

Por ello, continuó, el gobierno deberá fijar políticas de apoyo y ampliar sus programas sociales de ayuda a la población más afectada. La habilidad del gobierno consistirá en cómo activar la economía con pocos recursos, precisó.

Consideró que sería positivo seguir el caso de Francia, que estableció medidas económicas para mantener la producción y apoyar el empleo y el consumo, mediante la paralización temporal del pago de energía eléctrica y de los impuestos.

Con respecto a la macroeconomía, reconoció un desplome coyuntural de las bolsas de valores, dado que los inversionistas sólo apuestan cuando crecen, en tanto que la devaluación del peso mexicano es un reflejo del nerviosismo que impera, ya que están comprando muchos dólares.

En ese contexto también mencionó la abrupta caída de los precios del petróleo, de cerca de 50 a menos de 20 dólares el barril.

Sin duda –apuntó– una merma en los ingresos del gobierno, lo que impactará en la economía en los próximos meses y en la planeación del próximo año.

En suma, el economista Alonzo Solís comentó que es importante que la pandemia y la contingencia sanitaria sean del menor plazo posible con el fin de que los efectos en la economía lo sean similares.

En resumidas cuentas, el entrevistado expuso la necesidad que la población contribuya a aminorar la expansión del Covid-19, por lo que significa para todo el país.

(LectorMx)