Por Adela Mac Swiney González

Madrid, España.- Con motivo del Día Mundial del Sol que se celebra el próximo domingo 21, Greenpeace demandó que la energía solar juegue un papel protagonista en la recuperación económica tras la crisis sanitaria por el coronavirus Covid-19 al tiempo que contribuya a la lucha contra el cambio climático.

España es, por superficie, el país europeo con mayor irradiación solar media anual y potencial fotovoltaico por lo que la organización ecologista consideró que el país está en unas condiciones óptimas para aprovechar al máximo la energía del sol con todas las tecnologías hoy disponibles.

Al respecto se refirió a la fotovoltaica y térmica, tanto en baja como en alta temperatura (en esta última España es el país con mayor potencia instalada), así como en sus aplicaciones pasivas para la climatización de edificios.

La organización destacó que, en particular, la tecnología fotovoltaica -por su versatilidad modular, escalabilidad, precio asequible y durabilidad- supone una oportunidad de oro para que la ciudadanía pueda participar en la recuperación económica y transición enerǵetica.

Según las principales asociaciones del sector, en 2019 esta tecnología generó 60 mil empleos en España y 3.61 millones, un tercio de todos los empleos en energías renovables, en todo el mundo.

María Prado, responsable de la campaña de Energías Renovables de Greenpeace, sostuvo que “no tiene sentido que España no le dé más protagonismo a uno de los mayores recursos que tiene, el sol, y a su mejor palanca de cambio, la ciudadanía”.

Aseguró que esto es importante, no solo para contribuir a la recuperación económica sino también para acelerar la necesaria transición energética que permita lograr un sistema 100 por ciento renovable cuanto antes, contribuyendo así al Plan Nacional Integrado de Energía y Clima presentado por el Gobierno.

En 2019, España fue el mayor mercado fotovoltaico en Europa y el sexto en todo el mundo, con 4.159 megavatios (MW) nuevos instalados (459 MW en autoconsumo), según datos de Red Eléctrica de España (REE).

De esta manera, España recuperó así el liderazgo perdido en 2008 cuando numerosas políticas energéticas frenaron el desarrollo renovable en el país.

Greenpeace advirtió que sin embargo, la energía solar todavía se encuentra con importantes barreras administrativas pese a la derogación del conocido impuesto al sol en octubre 2018 y la posterior regulación del año 2019 que permite ya el desarrollo libre del autoconsumo compartido (en bloques de viviendas o polígonos industriales), individual (en cubiertas individuales) y de proximidad.

Afirmó que queda todavía pendiente la reglamentación del reparto dinámico en la modalidad compartida (hasta ahora solo hay coeficientes de reparto estático entre consumidores; es decir, se fijan unos porcentajes, inamovibles, de reparto para la energía producida, no pudiendo ceder el excedente no utilizado a otro vecino).

Prado puntualizó que “España es uno de los países de Europa con mayor número de horas de sol y también con una de las facturas eléctricas más caras” y agregó que “la tecnología solar es tan asequible y sencilla que, en los próximos años, no nos extrañará hablar de cuántos paneles solares tenemos cada uno en nuestro tejado o comunidad o cuanta energía nos hemos ahorrado en nuestra factura”.

Aseguró que es la misma revolución que vivimos con el teléfono móvil en los 90 pero se necesita más impulso público y regulatorio para acelerar este proceso.

“Es nuestra oportunidad de oro para luchar como ciudadanía contra el cambio climático y convertirnos en dueños y usuarios de nuestra energía”, concluyó.