Por Adela Mac Swiney González

Gijón, España.- El escritor madrileño Lorenzo Silva presentó hoy, en en el marco de la Semana Negra de Gijón, su última novela “El mal de Corcira”, sobre la banda terrorista ETA y la lucha antiterrorista, con la distancia del tiempo, una obra de ficción, pero con testimonios reales de víctimas, de terroristas y policiales.

“El mal de Corcira” constituye la décima entrega de la serie de novela negra protagonizada por sus emblemáticos personajes de la Guardia Civil española Rubén Bevilacqua y Virginia Chamorro.

“Era el momento de hablar de ETA, recuerdo cuando la banda todavía existía y mataba, mataba con frecuencia, mataba en muchas ciudades y de hecho en Madrid dejó más de cien muertos, es la ciudad donde más mató, por lo que no es un tema que puede circunscribirse al país vasco”, dijo en la presentación.

Explicó que en su nueva novela fue recuperando los hechos y los puso delante del lector para que asista a ellos, sin adjetivos, pero con la crueldad del acto terrorista en cuanto al desprecio por la vida y también sobre el fracaso de los terroristas, ya que muchos han perdido su vida en la cárcel sin haber logrado nada.

“Tuve que dejar que esta historia sedimentara lo suficiente y tener la suficiente información ya que había muchos detalles que estaban fuera de mi radar, que se me empezaban, empecé a tener detalles de la lucha antiterrorista hace más o menos 10 años y datos para poder hacer la novela hace unos cinco años”, dijo.

Anotó que “la gente no contaba nada, guardaba reserva por razones comprensibles y hace más o menos entre cuatro o cinco años empecé a tener información, pero además me llevó tres años montarla”.

Resaltó la acción policial para acabar con ETA. “Llegamos a pensar que la banda no desaparecería y sin embargo, se consiguió aniquilarla, ahora no es nada, es cierto que la ideología sigue con tintes políticos, pero ahora no le ponen una bomba a nadie para convencer”, abundó.

Remarcó que la lucha antiterrorista ha sido la principal escuela de la policía criminal en España. “El proyecto de ETA era revolucionario pero se convirtió en una poderosa orgnización criminal, con mucho dinero, muchos medios, por lo que constituyó un desafío policial muy importante”, continuó.

Para Silva, “los escritores deberíamos hacer más esfuerzos para ir a la fuente original de las cosas, no para hacer un reportaje, yo lo he reelaborado a través de la imaginación y la ficción, pero la sustancia llega a límites donde a lo mejor no llegaría con mi especulación y mi imaginación, yo no tengo capacidad para inventar lo que los testimonios me han revelado sobre ETA”.

Además, hizo hincapié en que “quien ha vivido este tipo de cosas necesita contarlas”.