Mérida, Yucatán.- El litoral marino de la península de Yucatán es rico en vestigios arqueológicos subacuáticos, de tal manera que se tienen registrados, ordenados y sujetos a investigación un total de 395 pecios o restos submarinos que datan desde la época de la Colonia hasta principios del siglo XX.
Helena Barba Meinecke, responsable de la oficina Península de Yucatán de la Subdirección de Arqueología Subacuática (SAS) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), resaltó el valor cultural y patrimonial de ese acervo como el más importante del país.
Desde 2003 a la fecha esos vestigios han sido catalogados por un equipo interdisciplinario coordinado por el INAH de los estados de Campeche, Yucatán y Quintana Roo. El patrimonio subacuático se encuentra tanto en aguas nacionales someras y profundas como en áreas internacionales, indicó.
En conferencia de prensa virtual, precisó que a ellos se suman cerca de 400 hallazgos más de restos arqueológicos, antropológicos y paleontológicos hallados en ríos subterráneos, grutas, cuevas, cenotes y lagunas de la orografía peninsular.
Tan solo Yucatán cuenta en sus costas con cerca de 60 pecios, los más importantes frente a Telchac Puerto, Sisal, Progreso, San Felipe y en los límites con la isla de Holbox, Quintana Roo.
Adelantó que frente al puerto de San Felipe, al oriente de Yucatán, se trabaja en la investigación de un barco hundido de origen francés, que representa otro de los hallazgos de gran valor histórico similar al vapor Unión reportado en la jurisdicción de Sisal.
La especialista en arqueología subacuática e investigadora del INAH ofreció más detalles acerca de los trabajos de documentación y recuperación de los restos del vapor Unión (similar a los que navegaban en el Misisipi) que se hundió el 19 septiembre de 1861, a dos millas náuticas (3.7 kilómetros) de Sisal, como resultado de una explosión en sus calderas.
Reveló la elaboración de un proyecto que permitiría a mediano plazo, en coordinación con autoridades de turismo, el flujo de visitantes a la zona, toda vez que el pecio del barco La Unión se encuentra a 7 metros de profundidad, lo que hace factible labores de buceo.
Confirmó que dicha embarcación naufragó con su carga de esclavos indígenas mayas, así como con su tripulación y pasajeros que sumaban unas 140 personas, de acuerdo con fuentes documentales.
En los trabajos de exploración mediante un equipo interdisciplinario no ha sido posible encontrar restos humanos dado que éstos simplemente desaparecieron por factores naturales tales como la sedimentación y las corrientes marinas.
Al menos que quedaran “encapsulados”, se podrían encontrar restos humanos, explicó la experta, quien mencionó que algunos objetos como cubiertos de latón o implementos de comedor ya fueron trasladados al Museo de Arqueología Subacuática de San Francisco Campeche.
Conforme a investigación en diferentes archivos históricos, tanto del estado de Yucatán como en el Archivo General de la Nación, fue posible conocer que ese barco se dedicaba a la trata y traslado de esclavos mayas, los cuales eran “enganchados” en Valladolid e Ixil.
Barba Meinecke comentó que la embarcación contaba con antecedentes de traslado de indígenas mayas, quienes eran engañados con promesas de tierras y mejores condiciones de vida pero finalmente tratados como esclavos, pese a la prohibición vigente en esa época.
La investigadora consideró importante el hallazgo del pecio frente a Sisal, así como las fuentes históricas y los testimonios, en particular los de los nietos y descendientes de aquellos pobladores que se dieron cuenta del hundimiento del vapor Unión hace exactamente 159 años.
Conforme a las recomendaciones de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), el INAH trabaja para rescatar, difundir y acercar el patrimonio cultural a los mexicanos, como es el pecio de Sisal.
(Fotos: INAH)
(LectorMx)