Por Adela Mac Swiney González
San Sebastián, España.- La leyenda de la Xtabay llegó a la 68ª edición del Festival de Cine de San Sebastián con la película mexicana “Selva trágica”, de Yulene Olaizola, que fue premiada por partida doble en la reciente Muestra de Venecia por el Jurado de Críticos Independientes como la Mejor Dirección y con el galardón Sorriso Diverso como la Mejor Película Extranjera.
“Selva trágica” compite en la sección Horizontes Latinos del certamen y hoy fue presentada, en el Kursaal, sede del festival, con la ausencia de su directora, pero con un mensaje de ella para rendir homenaje al activista Nedal MacLaren, actor del filme, quien falleció hace pocos días de manera abrupta y expresar su satisfacción por presentar el filme en esta ciudad del norte de España.
“Es para mi un honor presentar esta película aquí donde hace 12 años mostré mi primer película. Me habría encantado poder estar presente en esta edición especial del festival luego de una larga y dolorosa cuarentena”, dijo y añadió que además, esta tierra es un lugar muy especial para mi “y en esta sala están algunos familiares a los que saludo con mucho amor”.
Aprovechó la primera función de Selva trágica en San Sebastián para hacer un homenaje póstumo a Nedal MacLaren, uno de los actores de la película, que falleció hace unos días de manera abrupta, “dejando un terrible vacío en todos los que lo conocimos”.
Apuntó que MacLaren, reconocido activista político y hombre entregado a la naturaleza, habría cumplido 60 años el pasado viernes 18 de septiembre. “Él estaba muy emocionado con las primeras proyecciones de la película, sin embargo nunca la pudo ver terminada. Nedal interpreta al personaje de Norm, que aparece en la primera parte de la película”, dijo.
“Selva trágica” está ubicada en 1920, en la frontera entre México y Belice y en la profundidad de la selva Maya, donde no hay ley y los mitos prevalecen, un grupo de mexicanos trabajadores del chicle cruza su camino con Agnes, una hermosa y misteriosa joven beliceña.
Su presencia provoca tensión entre los hombres, y aviva sus fantasías y deseos. Con vigor renovado enfrentan su destino, sin darse cuenta que han despertado a la Xtabay, una antigua leyenda que acecha desde el corazón de la selva.
Hace diez años que Yulene Olaizola (Ciudad de México, 1983) presentó en el Festival de San Sebastián su ópera prima “Intimidades de Shakespeare y Víctor Hugo”, con la que obtuvo una mención especial y ahora vuelve al certamen, que para ella tiene un valor especial por su estrecha relación con el País Vasco y porque su pareja Rubén Imaz, también hijo del exilio vasco, presentó aquí su primera película, “Familia tortuga”.
En Selva trágica, la cineasta se adentra en la selva maya de 1920, concretamente en la frontera entre México y Belice y para ella “el lugar” es el inicio de todo proyecto ya que “todas mis películas parten de un espacio que descubro, investigo y al final reconozco”.
En el diario del festival, la directora afirmó que “en esta ocasión fue la selva maya del sur de Quintana Roo. Tuve la oportunidad de vivir ahí cinco meses y adentrarme continuamente en caminatas al interior de la selva; es un lugar tan fascinante y exuberante, como agreste y peligroso”.
Explicó que durante ese periodo descubrió la frontera con Belice, el universo chiclero y las leyendas mayas que han resistido ahí por generaciones. “Después me acerqué a un pequeño grupo de obras literarias de autores mexicanos de distinta época que escribieron sobre esa selva en específico y coinciden en un misticismo vibrante que hay en la zona, ciertamente reforzado por la herencia maya profunda”, anotó.
El misticismo del que habla la directora se representa en la película con Agnes, una misteriosa joven beliceña que provoca tensión, fantasías y avivará los deseos de un grupo de chiclanos mexicanos, despertando a la Xtabay, una antigua leyenda que acecha desde el corazón de la selva.
El poder de la mujer se ve reflejado en el personaje principal, interpretado por Indira Andrewin y al respecto, la directora confesó que “no hay vuelta atrás, debe ser así, porque ha llegado para quedarse. Somos muchas y muchos quienes vemos que este cambio ha llegado para quedarse”.
(LectorMx)