Mérida, Yucatán.- Un experto de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) sugirió que la tecnología de obtención y aprovechamiento de la cal en la arquitectura y la alimentación se extendió hace más de mil años de la zonas bajas mayas de Belice y Quintana Roo a toda Mesoamérica.
Luis Barba Pingarrón, del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, expuso que se han encontrado vestigios y restos de hornos de obtención de cal en épocas más tempranas entre mil y mil 500 a. de C., en el preclásico.
Al participar en el foro virtual “Los hornos de cal de Mesoamérica”, organizado por la empresa privada Oxical, dijo que hace más de mil 500 años en los actuales límites de Belice y Quintana Roo apareció la tecnología de la cal, se dispersó a Yucatán y muchos años después, en el año 220 d.d.C, llegó al centro México.
Fue entonces que los teotihuacanos (sede de la cultura tolteca) empezaron a utilizarla y después se difundió en toda Mesoamérica, recalcó el investigador.
“Es un proceso lento que estamos tratando de reconstruir; se tomó cuando menos mil años que llegara de Yucatán al centro de México esa tecnología”, precisó acerca de ese componente esencial en el pasado y en la actualidad para la construcción y la alimentación a través del maíz.
La zona norte de Belice presenta varios ejemplos de arquitectura con cal que datan del Preclásico Medio. En el sitio de K’axob reportaron un piso de cal en una estructura del Preclásico Medio Temprano, mientras que en el sitio de Colha, también en el norte de Belice, existen plataformas estucadas de la arquitectura del Pre-clásico.
Igual hay vestigios en Altun-Ha y Cahal Pech, así como en sitios de Cerros y Pacbitún, donde el juego de pelota está terminado con argamasa de cal fechado en el clásico tardío, lo que se extiende a la zona del Petén, con figuras de estuco en Calakmul, mascarones del dios solar en Uaxactún y en la acrópolis de Tikal.
La arqueóloga Soledad Ortiz Ruiz, mostró imágenes de diversos hornos hallados en la carretera Mérida-Campeche, a los que se suma el localizado en Chichén Itzá, pero reconoció que se requiere más estudios para precisar fechas y confirmar las técnicas de producción.
En el encuentro, la egresada de la Universidad Autónoma de Yucatán compartió indicios de que los antiguos mayas fueron capaces de desarrollar hornos con temperaturas superiores a los 900 grados para la obtención de esa valiosa materia prima, la cual se encuentra en frisos, acabados, estucos y viviendas.
“Con base en nuestro análisis proponemos que las tierras bajas mayas, el valle de Oaxaca y la región de Puebla-Tlaxcala constituyen las tres zonas con el uso más temprano de la cal; por lo tanto, son las dos primeras zonas donde probablemente se inventó esta tecnología de manera independiente”, puntualizó Luis Barba, autor con Isabel Villaseñor del estudio “Los orígenes tecnológicos de la cal”.
Desde el punto de vista de la construcción pública, la cal fue necesaria para el desarrollo de la arquitectura de mampostería y para la manufactura de los materiales que se utilizaron en los recubrimientos arquitectónicos, además de que también fue y sigue siendo utilizada para el procesamiento del maíz, con lo cual se mejoran las propiedades nutricionales de este grano, agregó.
A pesar de que la cal es un material muy importante para la vida de las culturas en el continente americano, su origen tecnológico ha sido poco estudiado y las implicaciones socioculturales y ambientales de este descubrimiento no han sido analizadas a profundidad, advirtió.
La invención de la cal en el continente americano fue más tardío en comparación con Medio Oriente, en donde se comenzó a usar hace aproximadamente nueve mil años, reflejo de distintos procesos socioculturales diferentes.
(LectorMx)