Mérida, Yucatán.- Para los amantes de los fenómenos atronómicos, pero incluso para los que sólo son curiosos y les gusta mirar al cielo, no hay mejor forma de empezar el año que observando uno de los mejores espectáculos de la bóveda celeste: una lluvia de estrellas.

Como cada año, en los primeros días de enero, ocurre una danza de estrellas fugaces casi exclusiva de los países del hemisferio norte, pues, debido a la forma en que la Tierra “cruza” el mar de asteroides que la causan, los destellos pueden verse con mayor intensidad en este lado del mundo.

Se trata de la lluvia de Cuadrántidas que si bien no está considerada entre las cuatro más copiosas, tiene una frecuencia mayor de destellos por hora comparada con las otras 12 que observamos anualmente desde nuestro planeta: hasta 80 meteoritos en una hora, según la Administración de Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés).

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Pero, además, este “diluvio” de estrellas es muy diferente al resto de los que observamos desde la Tierra: no se origina de los restos de un cometa, sino de un asteroide, el 2003 EH1, cuyo tamaño es muy inferior al de los cuerpos celestes viajeros que tiene “cola de fuego”. Su tamaño no rebasa los 3 kilómetros de diámetro, pero sus restos son suficientes para regalarnos un buen show nocturno.

De hecho, según la NASA, los destellos de las Cuadrántidas suelen durar un poco más que el promedio: “ Las bolas de fuego duran más que la racha de meteoros promedio porque nacen de piezas de material más grandes”.

Una lluvia de estrellas se observa mejor la madrugada. (Fotos: NASA)

Aunque las Cuadrántidas se precipitarán en la atmósfera terrestre para “deslumbrarnos” con “brillantes meteoritos de bolas de fuego, grandes explosiones de luz y color” -dice la NASA- desde hoy 1 de enero, podrás verlas por lo menos hasta el día 5, porque, eso sí, es una de las menos duraderas de todas.

Toma en cuenta que la mejor hora para verlas siempre será la madrugada, pero en un buen lugar, por la noche, podrás “cazar” muchas de ellas. También considera que, en esta ocasión, la Luna estará aún decreciendo y su luminosidad puede “boicotear” un poco la observación de los asteroides, pero ¡te paciencia y observa!

La recomendación de siempre -si las medidas de restricción de movilidad te lo permiten- a un sitio donde la luz citadina esté lo más lejos posible; no acudas solo, sino en compañía de por o menos tres personas para que cada uno mire a un punto cardinal.

Desconéctate de cualquier fuente de luz, incluido el celular, unos 15 minutos antes para que tus ojos se acostumbren a al oscuridad y no enciendas ninguna lámpara; de lo contrario, deberás repetir el proceso para que tu vista no se “contamine” y vuelta a adaptarse.

¡Relájate y disfrútala!