Mérida, Yucatán.- La crisis económica que golpea a la Iglesia Católica permeó ayer el mensaje espiritual del Miércoles de Ceniza, al menos en la parroquia de Chuburná, donde términos como necesidad económica, presión fiscal y hasta firma de contrato se escucharon en la homilía.

De hecho, en la reflexión se percibió una suerte de grito desesperado, de llamado urgente a apoyar a la parroquia, que atraviesa por serios problemas económicos; el sacerdote Ricardo Luna López, exhortó a los fieles católicos a un cambio verdadero, ya que, en esencia, eso es lo que significa la ceniza.

En la homilía de la primera misa del Miércoles de Ceniza en la parroquia de Chuburná, el presbítero dijo que el ayuno y sacrificio que implica la cuaresma debe hacerse con convicción y no sólo por cumplir.

En un templo con cupo completo de acuerdo con el aforo permitido por las normas sanitarias, Luna López les dijo que han pasado 300 años desde que se efectúa la imposición de ceniza y que a pesar de que año con año se realiza, poco se entiende de lo que conlleva.

“¿Qué ha cambiado desde el año pasado cuando estábamos aquí en el Miércoles de Ceniza?”, preguntó el párroco. “Yo creo que muy poco”, se contestó.

Enfocó parte de su mensaje a la necesidad de que de apoyo a la parroquia, cuya respuesta a los fieles que lo buscan se mantiene a pesar de la crisis, incluso para quienes ni siquiera son católicos.

En ese sentido, criticó a quienes no aportan con el pretexto de que la iglesia o El Vaticano se están enriqueciendo… “Si ustedes supieran”, dejó la frase en el aire, para luego añadir que incluso la cuestión fiscal “en este país” es complicada para la institución.

Al final de su mensaje, el presbítero reiteró que la ceniza “es como la firma del contrato”, lo que sellará el compromiso de la conversión para ir “al encuentro del Señor”.

Dijo que el ayuno, la limosna y la oración insistente deben hacerse con convicción y convencimiento.

Al final de la concelebración, el sacerdote recordó por las disposiciones sanitarias, la imposición de la ceniza no se haría como en la tradición: con una cruz en la frente. En esta ocasión, los fieles la recibieron sobre su cabeza y después de escuchar, de manera general -no individual- la frase: “polvo eres y en polvo te convertirás”.

Después de imponer la ceniza a buena parte de los asistentes, algunos fieles recolectaron cenizas para llevarle a sus parientes en casa. Tal como dispuso la Arquidiócesis de Yucatán, el rito puede cumplirse en casa, bajo un protocolo que puedes consultar aquí.