Mérida, Yucatán.- La producción de miel tuvo un primer bimestre esperanzador para Yucatán: se logró una cantidad extraordinaria para un mes de enero, 425 toneladas, y aun con un febrero malo, 310, el total de 735, es el segundo mejor registro del lustro 2016-2021.

Ciertamente, aún es prematuro vaticinar si habrá un recuperación en el sector apícola, si se toma en cuenta que el año pasado fue uno de los más “catastróficos” del periodo 2016-2020, con apenas 5 mil 529 toneladas, apenas un escalón arriba de 2017, que tuvo 4 mil 351.

De hecho, la apicultura local prácticamente estuvo “en blanco” durante los últimos 4 meses de 2020, pues según el reporte del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), del Gobierno federal, debido a las consecuencias del clima extremo que golpeó a la entidad con el año más lluvioso del fin del siglo pasado y de este.

Por lo pronto, en el primer bimestre de 2021, el dulce yucateco -de calidad de exportación- sumó 735 toneladas, gracias a que tuvo su mejor enero desde 2016, y este primer mes se colocó abajo de 2015, cuando se obtuvieron 536 toneladas.

El dato destaca porque en ese año fue cuando se tuvo la mejor cosecha de la década pasada (2010-2020) ,y aunque no hay un patrón que establezca que un buen inicio augura un buen año, cuando enero ha arrancado bien lo que se obtiene al final ha sido bueno, al menos desde 2010. Febrero fue el peor mes de la década, pero enero “lo salvó”.

Hasta ahora, a pesar de que el clima seco ha predominado en la entidad desde el inicio del año, la floración ha sido buena para la cosecha y los productores han comenzado a ver la luz al final del túnel, tras la caída estrepitosa del año pasado.

Las intensas lluvias, pero sobre todo las inundaciones que sobrevinieron después causaron estragos en el campo yucateco, y la apicultura no se quedó atrás; durante cuatro meses, desde septiembre, el reporte del SIAP apareció en blanco. Al cierre de año, la cosecha fue de 5 mil 529 toneladas, la segunda más baja de la década más reciente.

La producción fue tan baja que Yucatán perdió ante Jalisco el primer lugar nacional que históricamente ha detentado y que, cuando lo ha perdido, ha sido con otras entidades de la región como Campeche. Sin embargo, como ya sabemos, el impacto de la lluvia fue regional.

A pesar de que el primer bimestre no pinta mal para la producción del dulce, cuya comercialización es de gran impacto no sólo para el campo sino para la economía estatal, los pronósticos climáticos no son del todo halagadores: el manto freático aún no baja lo suficiente como para “recibir” las lluvias de la temporada 2021 que ya se acerca.

Incluso si se tuviera un temporada de “mediana intensidad”, las inundaciones pueden “volver” y ahogar la cosecha de los meses por venir.