Mérida, Yucatán.- Nuestro clima en la península de Yucatán no es lo único que nos deja lluvias en verano porque nuestro sistema solar, por estas fechas, nos regala, cada año, la más espectacular de todas: la de estrellas perseidas, también llamadas Lágrimas de San Lorenzo.

Y es, también, la más esperada por los amantes de la astronomía y los enamorados de los fenómenos que ocurren en el cielo nocturno por la frecuencia de los destellos: hasta 40 cada hora, según NASA (siglas en inglés de la Administración Nacional Oceánica y del Espacio). El astrónomo yucateco Eddie Salazar Gamboa ha dicho que, en los días más intensos, pueden llegar a 100 por hora.

Parte de lo asombroso de este fenómeno es su duración, pues, de hecho, la Tierra ya se encuentra “transitando” entre los restos del cometa Swift-Tuttle, el gigante de hielo y polvo -cuyo tamaño duplica al meteorito que extinguió a los dinosaurios tras caer en la zona que actualmente ocupa la península de Yucatán (en Chicxulub), según National Geographic-, el causante de este show estelar.

La NASA detectó desde el 27 de julio las primeras “gotas” de la lluvia espacial y calcula que no concluirá sino hasta después del 20 de agosto, así que tienes tiempo suficiente para verla. Sin embargo, los mejores días -más bien noches y madrugadas- para verla serán entre el 11 y 13 de agosto, con el “pico” entre 12 y 13. Pero esto no significa que ya puedas mirar hacia el cielo, por la noche, y esperar las luces en el cielo para pedir tus deseos.

El gráfico muestra la cantidad destellos por hora (Percentage of Maximum Rate), segúnl a fecha (Date) en que se observe la lluvia de estrellas. (Fuente: NASA)

Como puede verse, la diferencia entre lo que hoy puedes captar y lo que se verá en los días mejores será la misma entre una llovizna y un aguacero, así que prepárate para esas 3 noches. Por cierto, también serán las mejores porque la luna se encontrará en fase creciente y, por tanto, no iluminará demasiado la bóveda celeste; esto permite una mejor visibilidad de los destellos.

Las recomendaciones son: acudir a lugares lejanos de la ciudad -siempre en compañía de varias personas, primero, por seguridad, y segundo, porque cada persona puede mirar hacia alguno de los 4 puntos cardinales para detectar dónde se ven más luces en el cielo.

También debes apagar cualquier fuente de luz (incluido tu teléfono celular) durante 15 minutos para que tus ojos se acostumbren a la oscuridad y vean mejor la bóveda celeste. Ahora sí que ¡ojo!: no necesitas un telescopio ni binoculares; en este caso, la mejor forma de disfrutarlo es ¡a simple vista!

Por su puesto, debes considerar las condiciones climatológicas: si está nublado, ni lo pienses, no podrás ver nada. Pero la ventaja de este fenómeno es que no ocurre sólo un día, así que no te desanimes si no puedes verla esa noche; siempre habrá otras.

Recuerda: la mejor hora para ver este “aguacero” celestial es en la madrugada, pero se aprecia a cualquier hora de la noche.

Ahora bien, si el clima lo impide o no puedes acudir a un sitio alejado de la contaminación lumínica y quieres apreciar de otra forma el fenómeno, la NASA realizará una transmisión en vivo, desde las 10:00 de la noche del día 11 de agosto, a la que puedes unirte si das clic aquí.

¿Por qué se produce la lluvia de estrellas? 

Como ya hemos informado, los cometas orbitan el Sol y su viaje hacia él deja una estela de material cósmico en el Sistema Solar; cuando la Tierra, en su “camino”, pasa en medio de los restos, éstos chocan con la atmósfera y se queman, lo que produce los destellos.

En realidad, los meteoritos -la mayoría del tamaño de un grano de arena y los más grandes del tamaño de un chícharo- no caen a la Tierra, aunque visualmente parezca que sí. Se consumen antes de alcanzar el cielo, en la atmósfera.

¿Por qué se llaman Perseidas o Lágrimas de San Lorenzo?

El nombre de Perseidas se le adjudica porque, en perspectiva, para que la “caída” de las diminutas piedras espaciales parece provenir de  la constelación de Perseo; sin embargo, es sólo una referencia porque, en realidad, se observan en casi toda la bóveda celeste.

La creencia popular dice que lo que cae del cielo son lágrimas de San Lorenzo, quien es venerado por la iglesia católica, y quien fue martirizado el 10 de agosto del año 258, buscando que entregar riquezas de la congregación.

(La foto principal fue tomada de la NASA)