Por Adela Mac Swiney González

Madrid, España.- Ante el bombardeo de mensajes que incitan a comprar de forma compulsiva por el llamado “Black Friday”, la organización ecologista Greenpeace advirtió de las consecuencias climáticas, ambientales y sociales ante el elevado consumo de materias primas, agua potable y consumo de energía.

Bajo el nombre: “Black Friday. Día negro para el planeta”, la organización recopila en un informe los datos sobre el insostenible ritmo de consumo y cómo las corporaciones exprimen el planeta, así como expone alternativas y demandas empresariales y gubernamentales para que el consumo sea sostenible.

Indicó que el actual ritmo de sobreconsumo, ejemplificado en fechas como el “Black Friday” o el “Ciber Monday”, tiene graves consecuencias en el medioambiente: destrucción de hábitats, como bosques y océanos; elevada cantidad de emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero, producidos por este uso de energía procedente de combustibles fósiles y del transporte de todos estos productos.

A esto se añade la elevada generación de residuos, principalmente por dos aspectos: los desechos de materiales de un solo uso procedentes del embalaje como plásticos o cartones y las materias primas no utilizadas o los productos ya hechos que no se han vendido o se desechan tras un corto uso, que terminan en vertederos o en incineradoras y contaminan el aire, el agua y el suelo.

Celia Ojeda, portavoz de Greenpeace, anotó que la organización denuncia que el “Black Friday” destruye el planeta por el elevado consumo al que incita. “La publicidad consumista, la búsqueda exponencial de beneficios de las grandes empresas, la obsolescencia programada, la globalización, las moda rápida y la apuesta casi inexistente por la reparación, el intercambio u otros modelos por parte de los gobiernos hacen que compremos muchos más artículos nuevos de los que necesitamos, y de los que el planeta puede proporcionarnos”, señaló.

“El planeta no está en oferta, el verdadero precio son las consecuencias climáticas y la pérdida de biodiversidad. Y eso no sale en la etiqueta. Detrás de un producto barato, hay un alto coste”, añadió.

De acuerdo con datos de Greenpeace, el uso actual de los recursos naturales es de media mundial 1.7 veces más rápido de lo que los ecosistemas pueden regenerar, además de que el promedio global está muy descompensado, pues si el mundo entero consumiese como Estados Unidos, serían necesarios hasta cinco planetas, en tanto que España consume al año 2.5 planetas, manteniéndose en la media de la Unión Europea.

Además, desde 2015, las ventas del “Black Friday” han aumentado entre un 10 y un 20 por ciento cada año, a lo que hay que sumar un cambio de patrón en el consumo a partir de 2019 donde se incrementó la compra on line.

Los artículos más vendidos durante este evento son: moda, calzado y complementos, electrodomésticos, aparatos electrónicos, y teléfonos móviles, pero de acuerdo con datos de 2019, solo la producción, el embalaje y el transporte de todos los productos que se compraron en Madrid durante el mismo fueron responsables del 1.7% de las emisiones anuales de la ciudad.

Esas emisiones serían equivalentes al carbono almacenado en 211 hectáreas de bosque templado, o como si cada habitante del planeta hubiese deforestado 4 m2 de bosque templado.

La organización ecologista recalcó que el mundo necesita ahora más que nunca una visión audaz para el consumo que esté respaldada por la acción, además de que las empresas deben cambiar su modelo de producción lineal de manera radical y basarse en una economía circular real, que fomente alternativas como la reducción, la reparación, la reutilización y la segunda mano antes que solo el reciclaje.

(LectorMx)