Ciudad de México.- El presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que ya están sentadas las bases para la transformación de México, entre todos.
En la celebración de su tercer año de gobierno, no hubo autocrítica ni mención a las muertes por la violencia, tampoco se refirió a la polarización social, ni a la profundidad de la crisis económica y sus repercusiones.
“Estamos de pie, a pesar de la pandemia que tanto dolor nos ha causado, aunque se precipitó la crisis económica originada por el neoliberalismo o neoporfirismo, estamos de pie”, expresó.
Volcado en el optimismo y el autoelogio, el tabasqueño habló de manera insistente a sus seguidores, sin convocatoria a la reconciliación de quienes no apoyan su gestión.
“En tres años ha cambiado como nunca la mentalidad del pueblo, que eso es lo más importante de todo, la revolución de las consciencias, el cambio de mentalidad, eso es lo más cercano a lo esencial, a lo mero principal, y eso es lo más cercano a lo irreversible.
“Pueden darle marcha atrás a lo material, pero no van a poder cambiar la consciencia que ha tomado en este tiempo el pueblo de México”, expresó en la recta final de su mensaje.
“Hoy se respeta la Constitución, hay legalidad y democracia, se garantizan las libertades y el derecho a disentir; hay transparencia plena y derecho a la información, no se censura a nadie. Desde el poder federal no se organizan fraudes electorales, como era antes.
“El gobierno ya no representa a una minoría, sino a todos los mexicanos de todas las clases, culturas y creencias. Se gobierna con austeridad y con autoridad moral. No se tolera la corrupción ni se permite la impunidad. En la práctica no hay fueros ni privilegios. Se atiende a todos, se respeta a todos, pero se les da preferencia a los pobres. Por el bien de todos, primero los pobres”, resumió.
También aseguró que se protege la naturaleza, se auspicia la igualdad de género, se repudia la discriminación, el racismo y el clasismo.
“Se fortalecen valores morales, culturales y espirituales. Se cuida y se promueve el patrimonio cultural e histórico de México”.
El zócalo de la Ciudad de México colmada de simpatizantes, en su mayoría empleados y funcionarios de la 4T en las administraciones federal, estatales y municipales.
Para llenarla, las autoridades emanadas de Morena movilizaron centenares de autobuses y vehículos del transporte público.
El mandatario recordó a sus correligionarios que ser de izquierda “es anclarnos en nuestros ideales y principios, no desdibujarnos, no zigzaguear”.
Con respecto a la consulta popular de abril próximo, dijo que permitirá probar de nuevo qué tanto respaldo tiene su proyecto de transformación.
“Sabremos si vamos bien o no con la consulta para la revocación del mandato. Se le preguntará al pueblo, que es el soberano, el que manda, si quiere que yo continúe en la Presidencia o que renuncie”, refirió.
Según su valoración, este ejercicio, este método elevado a rango constitucional, “no sólo resolverá si me voy o me quedo”, sino establecerá el procedimiento para hacer realidad el principio de que el pueblo pone y quita.
“Ese sembrar, establecer en nuestro país un precedente. Nada de que ‘me eligieron por seis años y puedo hacer lo que me dé la gana’. No, el pueblo tiene que mantener todo el tiempo el poder en sus manos. Si un gobernante no está a la altura de las circunstancias y no manda obedeciendo al pueblo, revocación del mandato y para afuera”, sostuvo.
Por ello, llamó a participar a todas y todos los mexicanos, militantes de partidos o ciudadanos apartidistas para poner en práctica el método de la revocación del mandato hasta convertirlo en un hábito democrático.
Previamente, manifestó certeza en el futuro del país y que sorteará los obstáculos actuales.
“No tengo duda que pronto, muy pronto, terminaremos de salir de la crisis económica”, señaló.
Y explicó en qué lo sustenta: no endeudamiento, no se cayó la recaudación de ingresos de la hacienda pública, con finanzas públicas sanas y suficientes para seguir impulsando el crecimiento y la creación de empleos con obras estratégicas.
En otro punto, negó que haya alzas en los precios de las gasolinas, el diésel y la electricidad “en términos reales”.
En el acto, anunció un aumento al salario mínimo del 22 por ciento para el año próximo, vía consenso entre los sectores obrero y patronal, así como de las autoridades.
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(LectorMx)