Por Adela Mac Swiney González

Madrid, España.- Tras más de dos décadas de silencio, la artista Carmen Álvarez-Coto presenta una exposición monográfica en el Real Monasterio de Santa María de El Paular con una selección de cuarenta y dos obras de gran formato que podrán contemplarse hasta junio de 2023.

La muestra, desarrollada de manera deliberada en un lugar ajeno al circuito de las galerías, en un entorno natural y espiritual, situado en la sierra de Madrid, donde el peso de la arquitectura puede acoger armónicamente las obras de gran formato, redescubre la obra de Álvarez-Coto, figura fundamental en la escena artística española de fin de siglo.

Con una trayectoria oculta pero no interrumpida, Carmen Álvarez-Coto inició su actividad artística conviviendo con el Grupo de Cuenca, y cercana a artistas de la talla de Antonio Saura, José Guerrero, Gerardo Rueda y Fernando Zóbel.

Es de las pocas mujeres pintoras del panorama artístico español del siglo XX que consiguió atraer la atención de la escena internacional y las galerías de Europa en la década de los 80. Sus enormes lienzos sorprendieron al público y a la crítica hace más de cuarenta años por la autenticidad, personalidad, originalidad e independencia que mostraban respecto a otros estilos artísticos de la época.

Gracias a estas características, Carmen Álvarez-Coto fue una de las representantes del expresionismo abstracto en España. En su obra se evidencian muchas cuestiones que los abstractos de la vanguardia más clásica ya patentaron, como el color, el trazo y la acción y en sus cuadros se advierte una cierta atemporalidad representada por los invariantes de la tradición pictórica española que trascienden la abstracción.

Sin embargo, a pesar del éxito y del reconocimiento internacional de Carmen Álvarez-Coto durante los años 80, la artista tomó la decisión de apartarse de los circuitos del arte, para dedicarse por entero a su creación artística.

Nacida en Madrid, Álvarez Coto se licenció en Bellas Artes y Catedrática de Dibujo. Su carrera, que se inició en los años 70 en Cuenca, donde se unió al grupo de artistas que crea el Museo de Arte Abstracto, ha abarcado una amplia trayectoria de exposiciones en salas tanto nacionales como internacionales .

En los años 80 experimentó un gran desarrollo, con importantes exposiciones a lo largo de todo el país, destacando las tres exposiciones desarrolladas en la Fundación Joan Miró en Barcelona, o en el Museo Español de Arte Contemporáneo de Madrid, además de la múltiples ferias en las que se mostró su obra, como la participación con la galería Fúcares y la galería Estampa en ARCO’85 o con la galería Gamarra y Garrigues en ARCO’86.

En la década de los 90, su obra se exhibió desde un punto de vista más internacional y diversas galerías europeas se mostraron interesadas en la artista española, en ciudades como Toulouse, Ámsterdam, Niza, Nápoles, Viena o París. Los críticos de arte de esa época destacaron la fuerza y la creatividad de su obra.

La disposición y dedicación que exigió el mantenerse en el mercado, con los contactos con las galerías, los marchantes, las relaciones públicas, le hicieron tomar una decisión drástica que fue, en ese entonces, apartarse de los circuitos del arte y dedicar su tiempo y su energía a su obra.

Se trasladó a vivir a un pequeño pueblo de Cabo de Gata en Almería y se dedicó a pintar en soledad. Durante los últimos 30 años, ha desarrollado una obra potente, íntimamente ligada a la naturaleza, sobre todo a ese mar Mediterráneo que le rodea y en el que se sumerge dotando a su pintura de un significado emocional y vibrante.

(LectorMx)