Mérida, Yucatán.- La presencia de cocodrilos en malecones y vialidades costeras del estado, como ocurrió el pasado jueves en el municipio de Río Lagartos, es normal y no debe ser motivo de alarma, toda vez que los pantanos cercanos son parte de su hábitat y es importante cuidarlos, ya que son especies protegidas, aseguró un experto.
El biólogo Pedro Enrique Nahuat Cervera explicó que el desarrollo inmobiliario en el entorno de áreas naturales hace frecuente la aparición de esos reptiles, incluso en carreteras donde han sido atropellados.
En entrevista, recomendó mantener distancia de esos animales, ya sea en el agua o en tierra, para evitar accidentes y comentó que por lo general rehúyen a la presencia humana.
Informó que los cocodrilos de pantano (Crocodylus moreletii) y el americano (Crocodylus acutus) son especies con amplia distribución en territorio mexicano y se encuentran en toda la zona costera de Yucatán, sobre todo en Celestún, Dzilam de Bravo y Río Lagartos.
Pidió no satanizar a esa fauna sino reconocer que son un eslabón fundamental del equilibrio ecológico, pues siendo un importante depredador, permiten regular la población de aves y mamíferos, al mismo tiempo que otros animales se alimentan de ellos.
Nahuat Cervera, presidente de la asociación Ekuneil, dedicada a la difusión con fines de preservación de las especies de reptiles, explicó que los cocodrilos son también alimento de jaguares, y los huevos y ejemplares jóvenes, lo son de aves y serpientes, en una cadena interdependiente.
Recordó que los cocodrilos fueron perseguidos casi a la extinción en el siglo pasado, ya que su piel era muy codiciada en el comercio, pero las nuevas regulaciones ambientales del país y la Norma Oficial Mexicana han declarado su protección, de tal suerte que ha sido posible un repoblamiento.
Sin embargo, alertó que cazadores furtivos atentan contra esos reptiles, de los que tiene registros de dos casos recientes, uno en Yucatán y otro en Quintana Roo, así como atropellamientos por vehículos.
El biólogo dijo que los cocodrilos enfrentan otros riesgos, tanto el de la contaminación de plásticos, cuya ingesta provoca obstrucción intestinal, como los efectos de erosión y sequía en humedales como resultado del cambio climático.
(LectorMx)