Mérida, Yucatán.- En la víspera del 491 aniversario de las apariciones en el cerro de Tepeyac del altiplano mexicano, el santuario parroquial de la Virgen de Guadalupe de Mérida recibió a devotos cuyas historias y anécdotas de gracias y milagros recibidos se encuentra engarzadas en torno de la venerada imagen.

Transcurrieron dos años de pandemia y de restricciones a la movilidad, pero la fe no tiene límites y este día, de nueva cuenta, se ha desbordado en sinnúmero muestras de fervor, veneración y gratitud de ríos humanos que se han concentrado en los templos marianos del país y de Yucatán.

“Mi madre cayó de una escalera cuando estaba yo por nacer y los doctores no creyeron que iba terminar bien su embarazo, pero ella pidió a la Virgen de Guadalupe que pudiera salir con bien, le practicaron una cesárea, nací sano a pesar de las lesiones y estoy bien gracias a Dios”, explicó el señor Marcos González, residente en Mérida.

“Mi madre prometió que le llevaría rosas a su altar en cada aniversario y así lo hizo durante más de 20 años hasta que ella murió hace tres y ahora yo le sigo trayendo las flores a la virgen”, dijo el agraciado, con frondoso arreglo en manos.

Desde hace varios días llegaron creyentes a la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, en el Barrio de San Cristóbal de Mérida, Yucatán, y poco a poco los espacios, dentro y fuera del recinto fueron ocupados por católicos en caravanas festivas provenientes de todos los puntos cardinales del estado, así como de Tabasco, Campeche, Quintana Roo y Chiapas.

“Cuando tenía dos años, mi hija, de repente, murió por un momento. Pedí mucho a la virgen que no se le llevara y ella ahora tiene cuatro años, vive, está bien. Los doctores dicen que se desmayó por calentura, pero ella no tenía eso”, comentó Sebastián Chan, quien comentó haber llegado procedente de Ceiba Playa, Campeche, como testimonio religioso.

El hombre arribó al frente del templo y llamó la atención de los transeúntes, ya que vestía una playera de gran colorido, y en las manivelas de su motocicleta destacaba un Cristo, en la parte trasera un cuadro y un estandarte de la venerada imagen, así como una bocina en la que dejaba escuchar a gran volumen oraciones y canciones en honor a la morenita.

Unos 34 “Mototaxistas Guadalupanos”, del municipio de Temax, relataron haber recorrido más de 80 kilómetros con el único fin de expresar gracias por bendiciones obtenidas, de pedir protección en su trabajo y cuidar de sus familias.

Jorge Chalé, en la avanzada con una escultura policromada de la virgen y al pie una ofrenda de rosas rojas, explicó que se quedarían hasta cantarle Las Mañanitas en la medianoche y después partir de regreso a esa localidad a donde esperan llegar, apuntó, a las cuatro de la mañana del día 12 de diciembre.

La señora Etelvina Paredes, situada en la primera banca, frente al altar y ante la Emperatriz de América, comentó que, a sus 74 años de edad, esperaría a los mariachis para cantar Las Mañanitas como cada año.

Declaró ser vecina de la Mercedes Barrera, la colonia más devota de la Guadalupana en Mérida, pero resaltó estar muy agradecida porque su hija a los dos años perdió la movilidad de sus piernas por la enfermedad de la polio, pidió la intercesión divina y se le concedió.

“Estoy muy agradecida por los favores recibidos. Mi hija se alivió, se hizo adulta, se casó y tuvo sus hijos. Yo tengo 54 años de casada con tres hijos y mi esposo no toma y jamás me ha pegado, ya tengo nietos y bisnietos y por eso vengo también a dar gracias”, compartió.

Otro grupo de unos 10 motociclistas de Xanlah, municipio de Chankom, realizó un gran esfuerzo para recorrer los 140 kilómetros que separan la capital yucateca con esa demarcación.

“Sólo venimos a rezarle, darle las gracias y nos regresamos porque allá en el pueblo le cantaremos Las Mañanitas”, reveló Gualberto Sulub, uno de los integrantes.

Así es como creyentes y devotos, desfilan plenos de devoción sea para agradecer o para pedir protección a la Guadalupana. Cada uno expresa necesidades e historias, todas alrededor de la figura icónica para la abrumadora mayoría de los mexicanos.

(LectorMx)