Mérida, Yucatán.- Poco sabido, pero la cuarta población del país que mayoritariamente se reconoce como afromexicana o afrodescendiente es la de Yucatán, después de los estados de Guerrero, Oaxaca y Baja California Sur.

Es dato central de una muestra en la Feria Internacional de la Lectura de Yucatán (FILEY).

La exhibición de fotografías titulada “La raíz africana en la Mérida de Yucatán. Siglos XVI-XXI” visibiliza y da cuenta de la presencia prolongada de la población de origen africana y de sus descendientes en el estado desde la época de la colonia, así como de sus contribuciones en la vida peninsular.

Conforme al Censo de Población y Vivienda 2020 Yucatán subió del puesto número 20 en el Intercensal de 2015 al cuarto sitio en base al número de gente que se auto reconoció como afrodescendiente o afromexicana.

En el estado de Guerrero, el 8.6 por ciento de la población reconoce tener orígenes o descendencia africana, en Oaxaca el 4.7, en Baja California Sur el 3.3 y en Yucatán el 3.0, seguido de Quintana Roo, Veracruz y Campeche con porcentajes de 2.8, 2.7 y 2.1, respectivamente.

La información documentada por Jorge Victoria Ojeda, abierta hasta el 19 del presente mes en el Centro de Convenciones y Exposiciones Yucatán Siglo XXI, permite visibilizar mediante fotografías antiguas capturadas en Yucatán la presencia, mestizaje y descendencia de la población de origen africana.

La llegada de este segmento a la región se remonta al siglo XVI a la par con los conquistadores, ya sea en condiciones de esclavitud o de libertad, durante los 300 años de coloniaje español en tierras del Mayab.

En Mérida, la estancia de africanos y afrodescendientes se reporta desde la fundación de la ciudad (1542) con puntos de arribo en Campeche y Veracruz, aunque también en Guerrero.

Formaron parte de la sociedad de la época colonial junto con los mayas y los españoles, y como esclavos que daban cierto estatus a sus poseedores.

Su grupo tuvo como punto de referencia el templo del Santo Nombre de Jesús hoy conocido como Tercera Orden.

Con el tiempo, los africanos y afrodescendientes ejercieron empleos de servidumbre, vigilantes, artesanos, herreros, sastres, zapateros, barberos, albañiles, talabarteros, cocineras, milicianos, o vendedores en la calle, pero también en la milicia y algunos con cierta bonanza económica y ascenso social.

Las mujeres eran empleadas en el hogar, la cocina, la lavandería, en el cuidado de menores, y como vendedoras, entre otras faenas, pero también se les relacionó con la “hechicería”.

Con la muestra, formada por imágenes pertenecientes a la Fototeca Pedro Guerra de la Universidad Autónoma de Yucatán, se reconoce que a la par de los españoles y el pueblo maya, los afrodescendientes participaron en la vida colonial, independiente y contemporánea de Mérida.

(LectorMx)