Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo.- Representantes de Organizaciones No Gubernamentales y de comunidades mayas de Quintana Roo y Campeche llamaron a detener las obras del Tren Maya porque, aseguraron, implican la destrucción de los ecosistemas en selvas, cenotes y en general el acuífero maya.

En el Día Mundial del Agua, los convocados admitieron que sus esfuerzos por salvar de la destrucción los cuerpos de agua subterráneos y la biodiversidad por los trabajos del proyecto ferroviario en los tramos 5 del Caribe y 6 de la Selva han sido infructuosos por la “necedad” de las autoridades de avanzar en respuesta a intereses económicos y políticos.

Como parte de las movilizaciones de resistencia al megaproyecto, Sélvame del Tren y de otras agrupaciones convocaron a una cadena humana el próximo sábado 25 de marzo a las 11:00 horas a lo largo de la carretera de entrada a Puerto Morelos a partir de la plaza del Casco Antiguo.

José Urbina Bravo, buzo y ambientalista, miembro de Sélvame del Tren, hizo vehemente defensa de los cenotes, los cuales, dijo, están siendo destruidos por la maquinaria pesada, el deslave de los terrenos y la obstrucción con pilotes a profundidad.

Advirtió que el cemento, el acero, así como el desconocimiento del impacto ambiental que pudiera tener el balasto importado de Cuba en los cuerpos de agua son fuentes de contaminación, lo que ha ahuyentado a animales que subsistían en esas fuentes de agua.

Reconocido por haber promovido el primer amparo contra el tramo 5, criticó que se haya modificado el trayecto inicial a petición de los hoteleros de la costa y se esté afectando el entorno natural.

Urbina Bravo ha efectuado exploraciones en cenotes para exhibir los daños que ocasionan las obras.

Durante el encuentro, los activistas subrayaron que se encuentran en indefensión pese a la suspensión definitiva otorgada a principios de febrero pasado por un juez federal en el amparo en contra del tramo 5 Cancún-Tulum, toda vez que el gobierno federal actúa en desacato o desoye la instrucción del Poder Judicial.

Nicolás Moreno Jiménez, quien se presentó como indígena maya originario de la comunidad de Calakmul, Campeche, expuso que los derechos del pueblo originario no fueron respetados al no realizarse la consulta previa en su lengua y menos requerir su autorización para el desarrollo del proyecto.

Sostuvo que las comunidades indígenas tienen derecho a la autodeterminación; sin embargo, apuntó, las máquinas están trabajando y elementos de la Guardia Nacional y del Ejército Mexicano impiden el acceso de pobladores aun cuando las áreas intervenidas son parte de su territorio.

Refirió que funcionarios de Fondo Nacional de Fomento al Turismo(Fonatur) ofrecieron la construcción de una clínica de salud y de caminos saca cosechas, pero a la fecha no han cumplido sus promesas, dividieron a la gente y tomaron la zona núcleo de ese importante patrimonio natural y cultural.

En la reunión, residentes de asentamientos de Bacalar y Puerto Morelos expresaron preocupación por la “destrucción” de cenotes y otros cuerpos de agua, incluso, una participante, con lágrimas en los ojos, llamó a detener esta depredación ambiental.

A la invitación para el próximo sábado se sumaron Grupo Gema del Mayab, Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), Selva Maya SOS, Puerto Morelos Sustentable y la Selva Salva, entre otras.

(LectorMx)